Fernando de Haro: "Después de muchos meses, nos veremos las caras"

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Así de poética se ha puesto la ministra de Sanidad para anunciar tras el Consejo de Ministros extraordinario que el sábado dejará de ser obligatorio llevar mascarillas en exteriores. El Gobierno con la medida se le olvida la cogobernanza. Es probable que el sábado vamos muchas sonrisas en la calle, pero sobre todo, después de muchos meses nos veremos las caras. Va a ser un cambio importante después de tanto tiempo embozados. Hemos estado todos velados, enseñando solo los ojos, sin esa franqueza y apertura que supone ir por el mundo a cara descubierta.

Nos quitaremos con gusto las mascarillas, esperemos no volver a las máscaras que eran tan habituales antes de la pandemia, las máscaras que nos hacían fingir que no éramos vulnerables, que no éramos dependientes los unos de los otros.

Esperemos que al quitarnos las mascarillas sea vea en nuestras caras que no hemos desperdiciado la dolorosa oportunidad que nos ha brindado la pandemia y que hemos aprendido algo. Mientras hemos llevado la mascarilla hemos tenido la ocasión de aprender que esos rostros desconocidos o conocidos, los rostros del autobús, los que nos cruzamos en la calle, eran esenciales, son esenciales, para conocer nuestro propio rostro. Los rostros completos que nos han faltado nos han enseñando que sin los otros, sin la cara de los otros, en el sueño de la independencia no hay más que vacío y aburrimiento.

Se levanta la obligación de la mascarilla en exteriores siempre y cuando haya un metro y medio de distancia. El coronavirus, ya lo sabemos, se contagia sobre todo con aerosoles, pero esos aerosoles siguen existiendo en exteriores a menos de un metro de distancia. Que podamos quitarnos la mascarilla en exteriores no supone, ni mucho menos, que el Coranavirus se haya acabado.

Seguramente en las próximas semanas la mayoría de los casos de Covid en Europa serán de la variante India, la variante Delta que es mucho más contagiosa. El riesgo de infectarse con esta variante para las personas que solo tienen un pinchazo de la vacuna es alto o muy alto. La incidencia acumulada está en España baja, en 92 casos por cada 100.000, pero cuesta trabajo que siga bajando. Como aviso de las consecuencias de la falta de precaución tenemos el contagio comunitario que se ha producido en Mallorca de 245 estudiantes en un viaje fin de curso.

"LIBERARNOS DE LA MASCARILLA NO SIGNIFICA QUE LA PANDEMIA SE HAYA ACABADO"

El Gobierno ha decidido levantar la obligación de mascarilla en exteriores cuando la mitad de los españoles tienen al menos una dosis de la vacuna. Israel, que fue uno de los primeros países en levantar la obligatoriedad de la vacuna, lo hizo cuando la mitad de su población estaba totalmente vacunada. Estados Unidos lo hizo cuando tenía a un 30 por ciento de su población totalmente vacunada. Y España está en esas cifras en este momento. La medida sigue la práctica de otros países.

Ahora hay que ver si entendemos que liberarnos en ciertas situaciones de la mascarilla no significa que la pandemia se ha acabado. Hace un año pensamos que la pandemia se había acabado, nos hicieron creer que la pandemia se había acabado, y las consecuencias fueron deastrosas.

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