Fernando de Haro: "Si no es el fin de semana o el puente de la liberación, se le parece"
- 3 MIN
Ya estamos de puente. Ya están de puente los que estén de puente en este fin de semana que es muy especial. Fin de semana soleado con buenas temperaturas y con media España libre de todas las restricciones por el Covid. Con más del 77 por ciento de la población vacunada con la pauta completa, la incidencia es la más baja desde julio de 2020. Si no es el fin de semana o el puente de la liberación, se le parece.
Preocupan los macrobotellones. No queremos decir ni siquiera pensar que esto casi se ha acabado porque nos acordamos de lo que pasó en el verano del 20 y este verano. ¡Qué gusto da, en cualquier caso! Muchas veces en los días duros de la pandemia, en los días en los que no teníamos esta luminosidad de otoño, nos decíamos que no volveríamos a desperdiciar el tiempo ni a preocuparnos por tonterías ni a dejar de apreciar los verdaderos valores de la vida, lo que de verdad importa. Ahora en estos días luminosos de otoño veremos si hemos aprendido. Si no hemos aprendido nada, nos quedará al menos las ganas de haber aprendido algo. Y si ni siquera nos quedan ganas de aprender algo, quedará la posibilidad de tener ganas de aprender algo en algún momento.
Se han filtrado esta mañana a casi todos los digitales las imágenes y las declaraciones de la exministra de Exteriores, Gonzalez Laya, ante el juez a comienzos de semana. Unas declaraciones en las que Laya dijo que la decisión de dejar entrar a Brahim Ghali, el lider del Frento Polisario, en España fue una decisión política. Se le dejó entrar para tratarle por la covid-19. No respondió ante el juez si lo había decidido Sánchez, amparándose en la ley de secretos oficiales, pero lo que hemos visto en esta grabación, lo dice todo. Si la decisión es política lo normal es que no la haya tomada ella, sino que la haya tomado con su jefe, Sánchez. Nada rotundamente nuevo, porque Sánchez ya aseguró que con la entrada de Ghali se tomó la decisión que había que tomar.
Si Sánchez no tomo la decisión, la asumió. Laya, la ex ministra, está imputada en un proceso que se sustancia en un juzgado de Zaragoza, en el que se investiga la llegada de Ghali a la Base Aérea de Zaragoza el 16 de abril en un avión medicalizado. Se investiga si se cometió un un delito de falsedad documental y, tal vez otro de prevaricación. Se permitió la entrada de Gali sin pasaporte y sin facilitar información sobre las personas que iban en el avión que llegaba de Argel.
El abogado que presentó la denuncia, Antonio Urdiales, tiene intensos vínculos con Marruecos. Es muy probable que el caso tenga poco recorrido jurídico. El caso Ghali no tiene nada que ver con el caso Gal como en algún momento ha sugerido el PP al hablar de Sánchez como la X, el responsable de lo sucedido. El coste político ya ha sido asumido con la dimisión de González Laya que ha sido la cabeza de turco.
Acogiendo a Ghali, el Gobierno de Sánchez desplantó a Marruecos, que pretende que no hagamos cesión alguna al Polisario. Las presiones de Marruecos son intolerables para un país soberano, pero con Marruecos hay que tener una real politica, mezcla de contención y de amistad que pasa por el apoyo de nuestros socios y de Estados Unidos. Tenemos que llevarnos bien con Marruecos, pero no podemos enfrentarnos con su enemigo en la zona, que es Argelia, socio del Polisario. Argelia es también nuestro vecino del sur y principal proveedor de Gas. La política exterior, que debe ser de Estado y no cambiar con los diferentes partidos, requiere difíciles equilibrios que este Gobierno no ha tenido.