Fernando de Haro: "La primavera puede ser, dicen los que saben, el momento en el que los precios aflojen"

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Es lunes, empezamos la mayoría la semana de trabajo. Y nos podemos sentir como un trabajador egipcio construyendo una pirámide para el faraón. Podemos sentirnos azotados, tratados como cosas, podemos sentirnos explotados... El sentir no tiene límites. La prueba la hemos tenido en la inauguración del mundial de Qatar. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha dicho sentirse muchas cosas

Infantino puede sentirse todas esas cosas: hoy me siento catarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador migrante... Pero Infantino ni es qatarí, ni africano, ni trabajador migrante, es un blanquito que vive en el país más caro del mundo Infantino, donde hasta hace pocos años ha habido secreto bancario. Infantino es un suizo, con dos pasaportes, y unos ingresos de más de un millón de dólares. No sabe, por mucho que diga sentirlo, qué significa abandonar el país de origen para morir en las obras del mundial. Infantino ha tirado de argumentos muy fáciles, demasiado fáciles, para aliviar las conciencias de los que se sienten incómodos porque el mundial se esté celebrando en Qatar. Infantino ha tirado del sentimiento de culpabilidad que según algunos debemos tener los occidentales porque en Grecia y en Roma hubiera esclavitud, por las cruzadas, por los guerras mundiales y por cien mil cosas más, venga tópicos.

Si todo mundo es bueno, nadie es bueno. Si todo el mundo es malo, igual de malo, no hay nada reprochable. No sé si Infantino sabe de fútbol, supongo que sí, pero como predicador de moral multicultural y relativista dice paparruchadas. Hay gente explotada y tratada sin dignidad.

Ya tenemos lluvia, nieve, y frío. Con casi dos meses de retraso ha entrado el Otoño. Toca abrigarse hasta la primavera. La primavera del año que viene puede ser una estupenda primavera, puede ser el momento en el que la economía vuelva a crecer con fuerza. La primavera puede ser también, dicen los que saben de esto, el momento en el que los precios aflojen de verdad. Los precios de la energía están bajando. Mañana pagaremos 65,35 euros por megavatio hora (Mwh), es el segundo precio más bajo en lo que va de año. Ha bajado el precio del gas, ahora sí la energía eólica está haciendo una aportación significativa. El precio del petróleo también afloja. Ha llegado a estar en 120 dólares y ahora está por debajo de 90. China no está comprando mucho petróleo, sigue con su estrategia de Covid Cero. ¡Y entonces por qué no baja la cesta de la compra? Porque el problema no es solo el coste de la energía. Alimentar a gallinas ponedoras, pollos, cerdos o vacuno es entre un 30% y un 40% más caro que hace un año; y en los fertilizantes hasta un 70%. Sigue habiendo problemas de abastecimiento, por ejemplo. Es posible que el bache económico sea breve, que en primavera volvamos a crecer con fuerza, pero el precio de los alimentos seguirá siendo alto.

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