De Haro: "El hombre que quiere 'desenfangar' el país se dedica a jugar con las palabras"
- 2 MIN
Este fin de semana he podido ver por fin una película que tenía pendiente. Es una película de hace cinco años en la que Polansky cuenta un caso que marcó buena parte del siglo pasado en Francia.
La película se titula El oficial y el espía y recrea el conocido como Casos Dreyfus. DreyFus era un oficial del ejército judío, que fue condenado por espionaje con pruebas falsas. El protagonista es un oficial llamado Picqart que descubre toda la conspiración. Es un hombre leal al ejército, nada revolucionario, pero que precisamente por su amor al ejército no tolera que sus jefes, los generales más poderosos del país, acepten la mentira. La conciencia de un solo hombre cambió la historia de Francia que no fue la misma después del caso Dreyfus., Un solo justo, la conciencia de un solo hombre, cambia el curso de la historia. Dice un proverbio judío que "Quien salva una vida, en este caso a Dreyfus, salva al mundo".
Hay que reconocer que Ábalos tiene tablas y desfachatez para defender lo improbable. Ha reconocido que tenía una relación muy intensa con Koldo. Ábalos reconoce una relación 24/7, pero ha asegurado en el Senado que sabía nada de los sobornos que su asesor cobró por los contratos para la compra de mascarillas.
Él no sabía nada. Si sabía de la relación de Koldo con Víctor Aldama fuera de las horas de trabajo, el principal empresario de ella, presunta trama de comisiones ilegales, pero no sabía nada de los negocios que tenían en común.
Ábalos tampoco sabía que Koldo se estaba llevando la pasta a espuertas, ha asegurado que era pobre porque era una moto de segunda o de tercera mano. Ábalos no sabía nada. Y Begoña, la mujer de Sánchez no firmó cartas de recomendación, según ha asegurado el propio presidente este fin de semana en El País.
Una declaración de interés tiene como objetivo apoyar que se adjudique un contrato o una ayuda pública, tiene la misma función que una carta de recomendación, pero el hombre que quiere desenfangar el país se dedica, como siempre, a jugar con las palabras. Siempre puede decir que no miente, sino que es cambio de opinión.