La política española de un tiempo a esta parte se ha convertido en una empobrecida búsqueda de la foto que más conviene para ocupar según qué espacios en el imaginario colectivo. Es una forma más de reducirlo todo a una caricatura. La foto de Colón de Ciudadanos, PP y Vox, provocó unas elecciones generales. La foto del chalet de Pablo Iglesias ha acabado por arruinar a Podemos. La foto de Sánchez en los debates entre Iglesias y Casado le convirtió en un hombre de centro. La fotopolítica sin contenido ha incrementado su valor en estas horas en las que tanto se habla de pactos.
Errejón, que quiere salir en la foto de la izquierda nacional ahora que Pablo Iglesias está en horas bajas, ofrece a Ciudadanos y al PSOE un acuerdo en Madrid. Errejón sabe que no tiene nada que hacer, pero quiere salir en la foto. Como quiere salir en la foto a toda costa Vox. El partido de Santiago Abascal ha perdido 1.300.000 en tres semanas, y pide con la vota pequeña entrar en el Gobierno, pero lo que reclama fundamentalmente es que le saquen en la foto para convencer a sus votantes de que su voto ha sido útil. Espinosa de los Monteros, el portavoz de Vox en el Congreso, ha lanzado un órdago que sabe que va tener que retirar porque Vox no puede permitir que Carmena gobierne.
Vox dice que es un partido de principios pero todavía no ha puesto encima de la mesa, como sí hizo en Andalucía, qué le pide al futuro alcalde o presidenta de la Comunidad de Madrid. Aquí nadie discute de qué políticas hay que hacer o dejar de hacer. La obsesión por el posado en el caso de Ciudadanos roza la patología. El martes Arrimadas se abría a llegar a acuerdos con el PSOE, el miércoles Villegas exigía a los líderes del PSOE que renegasen de Sánchez para apoyarlos. El martes a la izquierda, el miércoles a la derecha. ¿Y el jueves? ¿Hoy? Pues hoy Villegas, después de que ayer el partido desautorizara a Valls ofrecer sus votos a cambio de nada para evitar una alcaldía de ERC, ha asegurado que hombre, hay casos excepcionales, hay una situación "extraordinaria" como la de Barcelona, y que claro que Ciudadanos debe convertirse en "un dique contra el independentismo", y estaría a favor de "apoyar a un candidato no independentista, o sea a Collboni, pero poniendo condiciones". Ciudadanos hoy acepta la foto con el PSC, pero la que no quiere es la que sí aceptó en Colón con Vox.
Mientras, el PP sigue buscando la foto del centro sin perder la foto del centro que nunca dejó de ser. ¿Y a todo esto, qué dicen los electores? El Barómetro del CIS, del que luego hablaremos más despacio, dice que cuatro de cada diez españoles no han recibido información sobre los programas electorales y seis de cada diez que ha habido demasiada violencia. Solo hay fotos, y violentas.