De Haro: “Adoptar el discurso demencial de Torra es algo que el cardenal Omella no está dispuesto a asumir"

El copresentador de ‘La Tarde’ ha señalado que cuando se quiere llevar a cabo un proyecto ideológico, también pasa a ser un proyecto religioso

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De Haro: “Adoptar el discurso demencial de Torra es algo que el cardenal Omella no está dispuesto asumir"

Fernando De Haro

Publicado el - Actualizado

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Las cuatro de la tarde, las tres en Canarias.

¡Muy buenas tardes, a la gente gente!

“Con los datos que tenemos, la situación hubiera sido muy diferente gracias a la independencia”. Esto es lo que decía Meritxell Budó, consejera, portavoz de la Generalitat, en el mes de marzo. Hoy, el presidente de la Generalitat, ha sido que según como vayan las cosas en los próximos días, se puede volver al confinamiento.

La inicial reacción de Torra cuando el virus procedente de Wuhan golpeaba ya con dureza a Madrid fue la de exigir al Gobierno mantener la mesa de negociación sobre «el conflicto catalán», y sólo ante el desborde del número de contagios y después de una llamada telefónica de Pedro Sánchez, el viernes 13 de marzo antes de decretar el estado de alarma.

El president de la Generalitat se fue a la BBC a acusar a Pedro Sánchez de no permitirle confinar a los catalanes en sus casas. Cuando la situación ya era durísima, a la petición a regañadientes de ayuda al Ejército, mientras le sigue poniendo travas en su trabajo y destacados portavoces independentistas les llaman «invasores.

Torra se arrimó más a las tesis del infectólogo Oriol Mitjà para que dibujará las fases del desconfinamiento argumentando que el Ministerio de Sanidad no actuaba adecuadamente. Crear un pasaporte o acreditación inmunitaria individual que el propio Mitjà admitió posteriormente que era viable técnicamente pero no de poner en práctica. Con las ansias de tomar el mando de la desescalada, el Govern se apresuró a sumir toda Cataluña en la fase 3 acelerando el proceso de manera que Barcelona y su área metropolitana y saltando a la 'nueva normalidad' en escasos pocos días.

Los primeros rebrotes importantes, en Lleida y la comarca del Segrià, detectados a mediados de junio, permitieron constatar que el rastreo no estaba funcionando. "Por primera vez se ha tenido que probar las bondades del sistema de detección y seguimiento, con las circunstancias particulares del Segrià, nos hemos quedado cortos o algo no ha ido bien", alertó el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic, Antoni Trilla.

Temporeros. Como la mayoría de temporeros no disponen de médico de referencia y muchos están instalados en infraviviendas compartidas, la detección y seguimiento es aún más dificultoso. Lleida hizo disparar las alarmas, se redujo la movilidad martes un juez autorizó su confinamiento. Pero ya era tarde.

Otra bomba epidemiológica, en L'Hospitalet. En la segunda ciudad más poblada de Catalunya y en el barrio con mayor densidad de Europa, la Torrassa, los brotes habían pasado ya a la fase de transmisión comunitaria, es decir se estaba expandiendo más allá de los grupos controlables. L'Hospitalet es colindante con Barcelona y como se comprueba observando la curva de contagios en los barrios de la capital catalana más cercanos a esta ciudad, a efectos epidemiológicos hablar de L'Hospitalet significaba hacerlo de Barcelona y su área metropolitana.

Uno de los lamentos de los alcaldes de Lleida y de L'Hospitalet, el primero de ERC y la segunda del PSC, es que la Generalitat no les proporcionaba datos suficientes. En un intento de corregir uno de los fallos más claros, el departamento de Salud anunció esta 500 rastreadores Se repartirán entre centros de asistencia primaria y allí se entrevistarán con las personas que hayan visitado al médico por sospechar que pueden ser positivos pero que aún no disponen de la confirmación con una prueba PCR.

Este medio millar de "gestores covid" se sumará a los 180 profesionales que ya formaban parte de una red de vigilancia y a los 120 que hacen las llamadas desde los 'call center'. El sindicato Metges de Catalunya ha avisado que los 500 rastreadores llegan tarde y que se requieren más. se necesitaban 2.000 profesionales para hacer el seguimiento de los contagios. Falta de respuesta de la conselleria de Salud al ofrecimiento de los hospitales para ayudar a hacer el rastreo. También el Ministerio de Sanidad tendió la mano a la Generalitat, en su caso para ayudarle a estudiar la evolución de los datos, pero el Ejecutivo catalán declinó la colaboración por considerar que no la necesitaba.

La falta de determinación fue tal que la decisión sobre el cierre de las playas se dejó en manos de cada uno de los ayuntamientos, en lugar de dictaminar una decisión gubernamental generalizada.

Torra ha tomado decisiones a última hora, casi improvisadas, han generado gran confusión en la población. En Lleida donde las primeras restricciones se anunciaron un sábado cuando pocas horas antes en rueda de prensa se afirmaba que todo estaba bajo control. O en Barcelona, un viernes del mes de julio, pidiendo a la población que no acudiera a las segundas residencias. Decisiones con poca antelación y escasa concreción.

El viernes pasado. Drástica medida en Cataluña prohibición de abrir al público discotecas, salas de baile y salas de fiestas para «frenar la transmisión del Covid-19». Las playas, plazas y parques se han convertido en la alternativa veraniega al cierre de discotecas y salas de baile en toda Catalunya.

El arzobispado de Barcelona señaló además que se había reducido el aforo de la Sagrada Familia a un cuarto de su capacidad, cuando la limitación para locales como la restauración se mantiene en el 50%. Sancionar al arzobispado por la misa funeral.

Me parece muy bien que Omella apele a la libertad de culto religioso» ha apuntado, pero «lamento que durante estos años se haya olvidado de la Constitución, de los derechos fundamentales de manifestación y libertad de expresión; lamento que durante estos años Omella no haya alzado ni una vez la voz para condenar la represión que vive Cataluña».

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