Pilar Cisneros: "Más que nunca, con esta inflación, tenemos que ser consumidores inteligentes"
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Hace una hora que daba comienzo la operación salida de Semana Santa en su segunda fase. Se esperan ocho millones y medio de desplazamientos hasta el lunes. Es lo que prevén desde la DGT.
En cualquier caso es muy probable que a esta hora yo te pille justo ahí, en el coche. Hoy has llenado el depósito para salir de vacaciones y has pagado de media 1,78 euros la gasolina normal y 1,79 euros el diésel. A esto hay que restarle los 20 céntimos de bonificación del Gobierno. Desde luego es un poco más barato que hace dos semanas, cuando el diésel superó los dos euros.
Cuando llegues al pueblo, por ejemplo, y enciendas la luz, también te va a costar un poco menos que ayer y lejos del pico máximo alcanzando en algunas horas de marzo cuando se llegó incluso a los 700 euros el megavatio hora. Hoy la luz la pagamos a 230 megavatio hora.
Son dos pequeños respiros, momentáneos, el día que el INE ha confirmado que la inflación se disparó en marzo hasta el 9,8%. Es una brutalidad. Algo nunca visto desde hace 40 años.
Lo que no da tregua es la cesta de la compra. Los alimentos se han encarecido un 8% durante el mes de marzo. Las cosas de comer, que son lo más importante de todo, sigue en una escalada de precios que asusta. El aceite de oliva ha subido un 35%, la pasta un 25%, la harina más de un 12% y la leche un 10%. Algunas frutas y verduras están por las nubes.
No queda más remedio que buscar fórmulas para ahorrar. Más que nunca, con esta inflación, tenemos que ser consumidores inteligentes. Volveremos a comparar precios y a elegir en consecuencia. Y esto será bueno para nuestros bolsillos y también para la regulación de los propios precios.