

"Aspirar a ponerle puertas al campo resulta muy complicado, sobre todo porque una mayoría de españoles ni siquiera sabemos cómo funciona ese cibercampo, ni lo que nos podemos encontrar"
La presentadora de 'La Tarde' analiza la filtración de datos personales de políticos importantes, como el presidente del Gobierno, y lo que eso supone para nosotros como ciudadanos
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Por tercera vez en apenas quince días tenemos una nueva filtración de datos de personajes relevantes de este país. Esta vez ha aparecido incluso información particular del presidente del gobierno, datos de su DNI o de su domicilio privado.
Hasta nueve ministros del actual gobierno también han visto sus datos personales expuestos y además presidentes de comunidades autónomas como la extremeña María Guardiola o el presidente andaluz Juanma Moreno.
En las filtraciones que aparecieron primero en un canal de Telegram y ahora se encuentran en la Dark Web, aparecen además multitud de afiliados a diferentes partidos o información de exministros de otros gobiernos. Para rematar aparece incluso información de Santos Cerdán, Koldo García o José Luis Ábalos.
Lo cierto es que no está clara la intención de la filtración, si es económica o si es política. Tampoco está claro quién ha sacado los datos, de dónde han salido o quién los hace públicos o si todo parte del mismo sitio.
Todo esto lo está investigando la Audiencia Nacional y el juez contempla delitos como revelación de secretos, daños informáticos y terrorismo. El hecho es grave porque entre los afectados hablamos de personas muy significativas y queda esa sensación general de que cualquiera puede acceder a nuestra privacidad incluso aunque seas el ministro del interior.
Al final la pregunta es simple, si esto pasa con la información de personas que se supone están bien protegidas, ¿qué no podrán hacer con nosotros, con el resto de ciudadanos? Lo cierto es que el universo digital es tan inmenso que resulta imposible de proteger al 100%.
Y si no, que se lo digan a los casi 90.000 habitantes de la ciudad autónoma de Melilla, que llevan 5 días con la administración bloqueada por un ataque informático. Los hackers aprovecharon que el pasado fin de semana un funcionario se conectó a los servidores melillenses desde fuera de la ciudad autónoma.
Esa fue la brecha que utilizaron para secuestrar el sistema. Técnicamente, lo que han hecho se llama ransomware, han cogido la información y la han encriptado, la han secuestrado a cambio de un rescate.
Lo curioso es que Melilla, igual que Ceuta, tiene una ciberprotección especial por parte del CNI, del Centro Nacional de Inteligencia. Bueno pues se han colado igual. Volvemos a la misma pregunta, si esto lo hacen con una administración pública, que tiene técnicos especializados, ¿qué no harán con nuestro humilde ordenador de andar por casa?
Aspirar a ponerle puertas al campo resulta muy complicado, sobre todo porque una mayoría de españoles ni siquiera sabemos cómo funciona ese cibercampo ni lo que nos podemos encontrar.
Creo que al final nuestra ciberseguridad se inicia a la antigua usanza, donde no hay teclados ni pantallas, pero sí prudencia y mucho sentido común.