

"La dinámica de gobierno en la Casa Blanca es de todo menos tranquila y dialogante, y Trump se mueve bien en el caos para luego aparecer como artífice de la calma"
La presentadora de 'La Tarde' analiza todo lo que está ocurriendo en Los Ángeles a raíz del gobierno de Trump buscando a inmigrantes irregulares para deportarlos
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Son ahora mismo las 7 de la mañana en la ciudad de Los Ángeles, ahora mismo tomada por la policía y el ejercito de Estados Unidos con casi 5000 efectivos, entre los 4000 de la Guardia Nacional y otros 700 marines.
De un tiempo a esta parte nos estamos acostumbrando demasiado rápido a ver cosas que antes solo eran posibles en las películas y ahora están en las calles.
Lo de Los Ángeles está siendo una batalla campal que amenaza con extenderse al resto de ciudades de Estados Unidos donde también se ha convocado protestas. Hay escenas que resultan distópicas e impropias de una ciudad que suele reflejar glamour y un alto nivel de vida.
También suele pasar que debajo de la apariencia hay realidades mucho menos agradables y esa realidad alejada del glamour está aflorando ahora.
El detonante han sido las redadas que comenzaron el viernes cuando agentes federales, con uniforme militar, iniciaron una redada para encontrar inmigrantes irregulares en un barrio con amplia presencia de latinos. Esa fue la chispa y desde entonces, la tensión ha ido subiendo y la reacción de Trump no ha ayudado a calmar los ánimos. A las protestas contra las redadas se han unido los que buscan el pillaje en medio del caos, encantados con cada grado de temperatura que sube el ambiente.
Todo este asunto tiene un problema social de fondo pero también político y ambas cosas actúan como vasos comunicantes. Por un lado, está la mano dura que está aplicando al administración Trump para la deportación de irregulares, algo que ha chocado en Los Ángeles con una importante comunidad latina, muchos de ellos irregulares, es verdad.
Pero esta es una realidad que no es tan sencilla de abordar como pretende la Casa Blanca, porque California es uno de los estados donde esos migrantes forman parte esencial de la economía. Y esto no lo digo yo, esto lo dice la propia alcaldesa de la ciudad, Karen Bass.
“Es una ciudad de inmigrantes, si la gente tiene miedo de ir a trabajar, estás dañando nuestra economía de forma innecesaria” .
Es la respuesta que la alcaldesa le da a Donald Trump, además de pedirle que devuelva el control de la situación al estado de California y a la policía de Los Ángeles y retire la presencia militar.
Y es que aquí radica el otro problema: el enfrentamiento explicito entre Trump y el Gobernador del estado de California. El presidente estadounidense ha llegado a pedir que sea detenido y el gobernador achaca toda la situación al ego de un presidente peligroso.
La dinámica de gobierno en la Casa Blanca es de todo menos tranquila y dialogante, y la verdad es que Trump se mueve bien en el caos para luego aparecer como artífice de la calma, aunque no parece que vaya a recular lo más mínimo en las próximas horas.
Dicen que en Estados Unidos se hace todo a lo grande y buscando el espectáculo, pues es verdad que lo están dando.