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"Europa tiene que volver a aprender a conducir su propio destino, habrá que ver si Ucrania dispone del tiempo que Europa necesita para estar a la altura"
La directora de 'La Tarde' analiza la situación de Ucrania y la intervención europea, cada vez más distante de la de Estados Unidos
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¿Te acuerdas del anuncio del primo de Zumosol? Pues, para resumir, esa ha sido la relación entre Europa y Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. A Europa le ha venido muy bien, pero a Estados Unidos también porque creó una importante red de bases militares para sostener su estrategia frente al bloque que fue soviético y ahora ruso.
Sin ir más lejos, en España mantiene la base de Rota que es fundamental para su escudo antimisiles, al menos por ahora.
Para ser gráficos, lo que ha pasado en este mes y medio es el que el primo de Zumosol que nos protegía en el patio mundial ahora ha decidido irse de cañas con el abusón de turno y en Europa nos hemos quedado sin saber muy bien qué hacer. Hay una idea general de aguantar el esfuerzo militar de apoyo a Ucrania aunque sea sin Estados Unidos.
La consigna está clara y es bien conocida desde la antigua roma “Si VIS PACEM PARA BELLUM”, dicho de otra manera , “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.
Siguiendo este hilo, mañana la presidenta de la Comisión, Úrsula Von Der Leyen, va a presentar un plan para aumentar drásticamente el gasto militar.
La gran pregunta es si Europa podría llenar el enorme hueco que dejaría Estados Unidos en su apoyo a Ucrania. Desde luego puede intentarlo. La industria militar europea no ha desaparecido, pero sí ha estado limitada. Ahora es como un viejo motor al que le cuesta arrancar. Los misiles, obuses o carros de combate europeos serían una pieza fundamental para que Ucrania mantenga posibilidades, no ya de ganar, si no de negociar con un mínimo de opciones.
Pero el armamento no es el único factor importante en una guerra. Aspectos como la logística o la información de inteligencia es algo en lo que los Estados Unidos sí tiene una gran ventaja operativa. Va muy por delante. Se trata de un país con unas Fuerzas Armadas homogéneas, unos resortes engrasados y alta tecnología.
Es la gran diferencia con Europa. Aquí, más allá de un proyecto, no contamos todavía con un ejército europeo unificado, ni sobre el terreno, ni tampoco cuando hablamos de logística o inteligencia. No hay un mando único y cada país actúa por su cuenta en materia de Defensa. Podemos tener cierta coordinación, pero en la práctica, cualquier decisión operativa sobre Ucrania vendría precedida de una reunión política tras otra, como está pasando ahora mismo.
Lo más parecido que tenemos a una fuerza conjunta, es la OTAN y también está supeditada a Estados Unidos, con lo que la situación está igual de complicada si Washington se desentiende de Ucrania.
Ya no es solo que Europa deba arrancar el motor de nuevo, es que también tiene que volver a aprender a conducir su propio destino. Habrá que ver si Ucrania dispone del tiempo que Europa necesita para estar a la altura.