"A los F18 españoles se les ha mejorado durante décadas, pero son aviones que llevan 40 años operando al máximo nivel"

Pilar García Muñiz analiza en La Tarde el estado de la flota de aviones F18 en España, el avión que manejaba el piloto fallecido en Teruel

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A veces la realidad es tan caprichosa como cruel. Hace 40 años, en un paraje de cercano a la localidad de Peralejos, un avión F4 del Ejército del Aire se estrelló provocando la muerte de sus dos tripulantes. 

Hoy, prácticamente a la misma hora, y en mismo punto, cuatro décadas después, ha perdido la vida otro piloto de combate, el Teniente Coronel, Pablo Estrada Martín.

El F18 en el que viajaba pertenece al ALA 12 del Ejército del aire que se encuentra en la Base de Torrejón de Ardoz. Estaba realizando maniobras a baja altura, a unos 600 metros. Todavía no se sabe que es lo que ha fallado ni las circunstancias en las que se ha estrellado el aparato. Ni siquiera esta claro a esta hora si era una avión monoplaza o biplaza, porque el F-18 tiene ambas versiones. Este piloto es la cuarta victima mortal en este modelo de avión desde 1988. El último accidente tuvo lugar hace justo un año, en Zaragoza, aunque afortunadamente el piloto pudo eyectarse a tiempo.

No hace falta saber demasiado de aviación para haber escuchado alguna vez el nombre del F-18. Más o menos todo el mundo sabe, popularmente, que es un caza de combate.

Es un avión clásico y lo cierto es que en su momento era de lo mejor que había. Llegaron a España entre finales de los 80 y mediados de los 90, una vez que entramos en la OTAN, y lo hicieron para modernizar una flota obsoleta. Durante estos años hemos llegado a tener 96 unidades aunque actualmente quedan 80 operativos.

Se distribuyen estratégicamente en 3 bases ubicadas en Torrejon de Ardóz, Zaragoza y la Gando en Gran Canaria. Esta última es la que tiene los aviones más antiguos que tienen que ser sustituidos en breve por los Eurofighters europeos.

      
      
             
      

Y este es el gran problema, la necesidad de modernizar esta flota porque acumulan miles de horas de vuelo. Varios gobiernos han tenido la voluntad de hacerlo pero las cosas de palacio van despacio y en este caso hace falta dinero, mucho dinero para llevar a cabo la compra de aviones que puedan garantizar la vigilancia y defensa de España con las mismas capacidades que lo hace el F-18.

Y si hace falta dinero para todo esto, hace falta también tiempo. Los de Canarias se van a renovar en breve pero los F-18 que están en la Península, como este que se ha estrellado, seguirán volando más tiempo porque el año pasado el gobierno aprobó otros 50 millones para su mantenimiento hasta el año 2035. 10 años más.

Evidentemente a los F18 españoles se les ha ido mejorando la tecnología y los sistemas durante estas décadas pero aún así son aviones que llevan casi 40 años operando al máximo nivel. Es verdad que están muy bien cuidados, pero no hay que olvidar que son máquinas. No sabemos qué ha pasado en esta ocasión pero en pleno siglo XXI, invertir en la defensa Aérea es una cosa que España no puede descuidar.

      
      
             
      

Más allá de los planes, del dinero y de las estrategias, hoy lo que toca lamentar en la muerte de un piloto experimentado, el otro gran valor de nuestras fuerzas armas.

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