"No hay manera de abordar la inmigración si olvidamos la dignidad que todo ser humano merece"

Escucha el monólogo de Pilar García Muñiz del jueves 26 de diciembre

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No hay ruta ahora mismo, ni hay ninguna otra vía en el mundo que alcance unas cifras ni siquiera parecidas.

Ni la frontera sur de los Estados Unidos ni el Mediterráneo central ni las vías de entrada a Europa desde Turquía y Siria se pueden comparar en este momento con lo que está pasando en las aguas que separan nuestras Islas Canarias del Oeste del continente africano.

En la ruta Canaria (y a falta de los datos definitivos de todo este año) se calcula que han perdido la vida 9.700 personas en lo que va de 2024. O lo que es lo mismo, el 93% de todos los que intentaron llegar a España en los últimos 12 meses, no lo consiguieron.

En total 10.457 personas; 30 fallecidos al día tratando de llegar a España, si hacemos la cuenta.

Desde luego, no hay debate, pacto o solución posible, si no humanizamos lo que está pasando. Y si no dejamos de hacer la cuenta como quien mira al surtidor de una gasolinera en el que los números pasan a toda velocidad.

Decía el Rey en su discurso de Nochebuena el martes por la noche que este fenómeno complejo (que siempre ha existido y que explica en buena medida el origen de nuestras sociedades abiertas de hoy) no se puede abordar de cualquier manera.

      
             
      

Y esto va por todos:

-Primero por las instituciones. Por los gobiernos autonómicos (la mayoría gobernados por el PP) y por el Gobierno central de Pedro Sánchez que, junto al ejecutivo de Canarias, siguen teniendo pendiente un pacto imprescindible para la acogida.

- También destacaba el Rey la necesidad de que haya una “gestión adecuada para evitar tensiones que erosionen la cohesión social”. Y curiosamente los grupos de izquierda se le han echado encima por decir esto último.

- Y como tercer mensaje: No hay manera de abordar la inmigración si olvidamos la dignidad que todo ser humano merece.

      
             
      

En resumen: gestión política, esfuerzo por integrar y dignidad. Y si eliminamos cualquiera de estas tres patas, como te digo, no hay solución posible.

Y seguirá entonces el drama. Y seguirán subiendo las muertes en el mar... y los intentos de miles de personas que continuarán jugándose la vida en esta travesía, como los 600 que han llegado a Canarias las últimas 24 horas.

Me acordaba, viendo estas cifras que hoy actualizaba la ONG “Caminando fronteras”, de la carta que Charlotte le escribió en el verano del año pasado a su hijo Moisés, de 4 años. Venían desde Costa de Marfil y su pequeño perdió la vida en el naufragio de una balsa neumática.

      

Y en unas líneas desgarradoras, le decía “Perdóname hijo mío. Yo solo quería que llegaras allá y fueras a la escuela. Si hoy pudiera volver atrás lo haría y no habrías cruzado el mar”.

Y leyendo estas líneas me pregunto si de verdad no hay otra manera de que Charlotte, Moisés y tantos otros miles de personas puedan intentar mejorar sus vidassin necesidad de arriesgarla en un trozo de plástico o madera a la deriva durante varios días en alta mar".