"Puede que esta Semana Santa nos cueste menos llenar el depósito, por el momento habrá que aprovecharse porque es algo bueno que han traído los aranceles"
La directora de 'La Tarde' analiza las consecuencias que pueden tener los aranceles en la Unión Europea y en qué nos perjudica y en qué nos beneficia
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La economía mundial ha cogido un catarro considerable con el virus arancelario que ha inoculado Donald Trump.
La comparación con una enfermedad no es cosa mía, es que el propio Trump considera los aranceles como una medicina necesaria para curar la economía de los Estados Unidos. La filosofía es que, debes tomarte la dosis y aunque al principio tengas efectos secundarios, a la larga te vendrá bien.
El problema es que en una economía global también obligas a los demás a tomar de esa misma medicina y al final corremos el riesgo de una sobredosis, que en este caso podría llamarse recesión económica.
Por eso, los mercados en todo el mundo siguen acusando el golpe. El batacazo en las bolsas asiáticas, sobre todo China, ha sido espectacular y ha obligado al gobierno a intervenir. En Estados Unidos la bolsa de Nueva York sigue en caída y las bolsas europeas tampoco acaban de levantar cabeza.
Desde la cúspide del comercio mundial que son las bolsas, hasta el ultimo escalón de la base, que podríamos ser cualquiera de nosotros como clientes, la economía se está viendo afectada y eso que todavía estamos hablando de anuncios, porque los aranceles no han entrado en vigor.
De hecho, en esta últimas horas, Trump está consiguiendo uno de sus objetivos. Que varios países o zonas comerciales renegocien a la fuerza la relación comercial con Estados Unidos. Y en eso está precisamente la Unión Europea: con la puerta abierta a negociar, pero a la vez tratando de enseñar los dientes, al menos eso le ha contado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo a Carlos Herrera.
Las consecuencias de los aranceles no parecen buenas para nadie, pero están dejando un efecto curioso en positivo para los ciudadanos: el precio del petróleo se está desplomando. El barril de Brent, de referencia en Europa se mueve entre los 60 y los 65 dólares. Para que te hagas una idea, hace justo un año superaba los 90.
¿Por qué está bajando? La explicación tiene que ver en parte con los aranceles. Lo que ha ocurrido es que los mercados temen que pueda haber una recesión económica en un futuro que enfríe la economía. Es decir que haya menos consumo, menos producción, menos comercio y por tanto a nivel mundial se consuma menos petróleo. En resumen, que haya menos demanda. Este panorama hace que el precio del barril esté cayendo.
A esto hay que sumar las tensiones internas dentro de la OPEP, los Países Productores de Petróleo. Estas tensiones han hecho que Arabia Saudí haya aumentado la producción de petroleo y esto también ha forzado a bajar el precio.
¿Lo vamos a notar los ciudadanos? Sí. Pero no tanto como quisiéramos porque el precio en el surtidor no se pone directamente con el barril, sino que pasa por el mercado de refinado o la distribución. No hay una relación directa.
En cualquier caso, puede que esta Semana Santa nos cueste un poco menos llenar el depósito que el año pasado. ¿Cuánto durará la situación? Eso nadie lo sabe, pero por el momento habrá que aprovecharse porque para algo bueno que han traído los aranceles a nivel del bolsillo, no lo vamos a criticar.