"Todavía seguimos dándole vueltas a un pacto migratorio común, eso no parece tan urgente como frenar una cuestión de confianza en el Congreso"

La directora de 'La Tarde' analiza el acuerdo entre Junts y el Gobierno de Sánchez para el traspaso de competencias sobre migración a Cataluña

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Ya sabíamos que la relación entre Junts y el Gobierno ha seguido siempre una camino de miguitas de pan y cada una de ellas ha sido una concesión. Ahora Puigdemont acaba de comerse otra y más que “miguita” es una auténtica hogaza de pan de pueblo. 

El Gobierno cederá gran parte de las competencias de inmigración a Cataluña que vamos a resumir en 5 puntos básicos.

Habrá una cogestión de puertos, aeropuertos y zonas críticas en la que los Mossos participarán también en la vigilancia de fronteras. La Generalitat también gestionará las autorizaciones para estancias de larga duración y tendrá competencias sancionadora. Es decir, podrá ejecutar expulsiones de inmigrantes que no requieran expediente.

La Generalitat también asume la gestión de los Centros de Internamiento de Extranjeros y el control de las contrataciones en origen. Además, serán los Mossos los que se hagan cargo de la prevención o protección de víctimas de la trata y explotación de seres humanos.

El Estado deberá poner los medios humanos, técnicos y económicos necesarios para que todo esto se pueda hacer. Y es que la plantilla de los Mossos tiene que crecer en 1.800 agentes hasta alcanzar los 26.800 efectivos.

Escuchaba antes, en Mediodía, cómo nuestro jefe de Interior, Juan Baño, comentaba uno de los mensajes que le enviaba, en directo, un alto representante de la seguridad de fronteras en España. Le definía el acuerdo “como intentar meter 5 elefantes en un 600”.

Más allá de todo el análisis político, que lo tiene. Más allá del encaje judicial del acuerdo, que habrá que ver con el tiempo, este mando policial se refiere a la coordinación y a la dificultad para cuadrar competencias. Porque la vigilancia y control de las fronteras, por ejemplo, no solo se refiere a la inmigración.

Ahí también se lucha y mucho contra el narcotráfico o hay una importante labor de vigilancia fiscal en las fronteras y de vigilancia aduanera.

Estas son funciones que ya hace la Guardia Civil o Policía en los espacios fronterizos, en aeropuertos o puertos y que no tienen que ver directamente con la inmigración. Ahora, sin embargo, vamos a meter un tercer cuerpo policial para operar conjuntamente en esos mismos espacios, pero a la vez de forma limitada.

Lo importante debería ser alcanzar una política migratoria eficaz pero aquí lo prioritario es el uniforme que viste el funcionario de turno. Al final meterán “los elefantes en el 600” y lo harán rápido porque de eso depende la supervivencia del Gobierno. Ahora bien, todavía seguimos dándole vueltas un pacto migratorio común que alivie la situación de Canarias, Ceuta, Melilla o Baleares. Eso no parece tan urgente como frenar una cuestión de confianza en el Congreso.