Así se financian las grandes mafias italianas hoy en día más allá de Matteo Messina y la droga

Después de llevar más de 30 años en busca y captura, este lunes conocíamos que Matteo Messina, el cabecilla de la Cosa Nostra, el último capo de la mafia siciliana, por fin había sido detenido. Según el fiscal de Palermo encargado del caso, ha sido gracias a unas escuchas telefónicas. La policía lo tenía vigilado porque acudía a una clínica desde hace más de un año para tratarse un cáncer.

"Cierra una época histórica. Era el último capo de los corleoneses, que es el clan más sanguinario que ha tenido la mafia en toda su historia", indica Iñigo Domínguez, experto en mafia italiana y autor de los libros Crónicas de la Mafia I y II. Cuenta que Messina se hizo con el poder internamente dentro de la Cosa Nostra en los años 80. A través de un exterminio de las familias rivales y complicidades políticas, estableció una tiranía mafiosa en la que su clan era indiscutible.

"En su delirio de poder, llegó a enfrentarse al Estado italiano", recuerda Domínguez. Messina le declaró una guerra cuando consideró que se habían roto los pactos de protección, tras la condena del primer gran proceso que hubo contra la mafia, con la que se consiguió por primera vez sentar a los grandes mafiosos en un tribunal, y demostrar la existencia de la mafia, que hasta entonces se ponía en duda. Terminaron condenados casi 500 mafiosos. "Esto para la mafia marcó un antes y un después", apunta el experto.

Iñigo Domínguez ha contado como Messina se embarcó entonces en una cadena de atentados a policías, magistrados, periodistas... Grandes masacres que marcaron en 1992 y 1993 dos años terribles para Italia. "A partir de entonces, en esa guerra contra el Estado, por fortuna empezaron a caer detenidos, el capo por entonces, Totó Riina, y todos sus hombres. El último que quedó, hasta hoy, era Matteo Messina", relata. El último representante de esa mafia tan terrible que marcó la vida de Italia, y para el país era una asignatura pendiente que siguiera libre.

"Todo el que se ponga por delante muere"

"La mafia es una organización criminal asesina que no tiene escrúpulos y su único interés es el dinero, los negocios y la supervivencia. Con lo cual, todo aquel que se ponga por delante, sea niño, mujer o hombre, muere. Los niños, por fortuna, no son habituales, pero sí que los ha habido", comenta Domínguez.

El caso del niño Giuseppe di Matteo es una de las historias más terribles de la Cosa Nostra. "El solo hecho de contarlo es tremendo. Estuvo casi tres años secuestrado para forzar a su padre para que no hablara con la policía", narra el experto. Al final, terminó estrangulado y lo disolvieron en ácido. "El ácido era una táctica habitual en esos años para hacer desaparecer cadáveres, y Matteo Messina estaba en esa maquinaría criminal. Se le atribuyen cerca de 60 homicidios y la participación en todos los grandes atentados de esos años".

Toda esa escalada de tensión se cortó en 1993, cuando la mafia entró en una fase distinta, donde se centró más en sus negocios, disparar lo menos posible y trabajar más en la sombra, como cuenta iñigo Domínguez.

¿Cuáles son los negocios de la mafia ahora?

La mafia siciliana, sin duda, es la más conocida, pero al menos hay otras tres de entidad similar a lo largo de Italia: la Camorra, en Napolés, la 'Ndrangheta, en Calabria, y la Sacra Corona Unita, la más reciente y que opera en Puglia.

"En este momento, Cosa Nostra está más debilitada, ya no es la gran mafia potente de los años 80 y 90". La mafia más temida y más poderosa ahora es la 'Ndrangheta, la mafia calabresa, como asegura iñigo Domínguez. Domina el narcotráfico mundial y es la que tiene relaciones con los carteles colombianos y mexicanos.

"La mafia ahora no es tanto como en las películas", dice el experto, que considera que el cine ha alimentado algunos mitos. "La mafia ahora es, sobre todo, grandes empresarios que se mueven entre la legalidad y la ilegalidad, y que hacen negocios con esa ventaja de dedicarse a la crimininalidad, y con un poder de intimidación que usan cuando es necesario".

Tienen grandes estructuras de blanqueo de dinero, y sus ingresos vienen en gran parte de la droga, o del tráfico de armas. Otros negocios menos conocidos son, por ejemplo, la gestión de basura y residuos peligrosos, o infiltrarse en contratos públicos. "Siempre que haya un concurso público, se puede infiltrar una empresa mafiosa". Lo más peligroso de esto es que lleguen a instituciones o tribunales. "Matteo Messina ha estado 30 años en busca y captura, aparte de por saber esconderse muy bien, porque ha tenido protecciones y complicidades políticas", asegura el experto.