La confesión de Oleksandra, ucraniana de Kiev, sobre lo que les manda el Gobierno tras los bombardeos rusos: “Yo no lo hago”
Cumpliéndose mil días desde que estalló la guerra en Ucrania, esta joven explica en 'La Tarde' cómo están afrontando esta nueva fase de la guerra
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Mil días. Esos son los que se han cumplido desde que Rusia atacó Ucrania y comenzó la guerra. Llevamos más de dos años con esta situación y, a menudo, los que estamos lejos del territorio bélico, tendemos a olvidar que lo que está pasando allí es sumamente grave.
Después de estos mil días, hemos visto cómo la guerra ha entrado en diferentes fases, y ahora nos encontramos ante una nueva.
Ya sabes que Biden autorizó a Ucrania a utilizar en territorio ruso misiles de largo alcance. Por otro lado, se espera la respuesta rusa, que puede ser muy potente, tal y como prometen.
Mientras, la embajada española en Ucrania ha echado el cierre, algo que lamentan desde el país. "En este día, 1.001 de la invasión a gran escala, la amenaza de un bombardeo ruso es igual de relevante que en los 1.000 días anteriores", afirmó la diplomacia ucraniana en un comunicado.
Por supuesto, nadie sabe cómo se darán las circunstancias en el futuro y qué ocurrirá en la guerra a continuación. Lo único que podemos hacer es preguntar, directamente, a los que lo viven en primera persona.
Es lo que hacemos en 'La Tarde'. Oleksandra es ucraniana residente en Kiev y nos contaba, en directo, cómo están viviendo esta nueva fase de la guerra.
Ella nos confesaba que, solo en el día de hoy, las sirenas avisando de ataques rusos han sonado hasta en tres ocasiones, algo que, tristemente, no le hace despertarse de la cama después de mil días de guerra.
Lo que les manda el Gobierno que ella no cumple
Oleksandra, podríamos decir, es “vieja amiga” del programa, y no es la primera vez que nos cuenta cómo está la situación en la capital ucraniana.
Dice que, desde la última vez que entró en COPE para contar cómo se sentía, su vida apenas ha cambiado. “Seguimos teniendo al ejército ruso, escuchando sirenas, misiles y drones” decía.
Cuenta, eso sí, que el Gobierno ucraniano les ha dado la orden de estar mucho más atentos a las sirenas y proceder, enseguida, a trasladarse a los refugios. Sin embargo, ella no cumple con esta norma.
“Yo no voy desde marzo del 2022, porque emocionalmente tiene un impacto muy grande en mí y mi salud mental y prefiero estar en casa” confesaba.
“En Kiev suenan las sirenas cada día y varias veces, puedo decir cuántas veces hoy, porque tenemos varias aplicaciones donde podemos mirarla. Hoy tres veces, dos por la noche y una a mediodía, incluso tengo las notificaciones apagadas y solo me despierto con las explosiones” decía.
Cuenta que, la situación es tan crítica, que siente como si, desde que estallase la guerra, estuviera atrapada en un túnel oscuro y sin final. Y también, “como si estuviera en una habitación llena de fuego y cuando pido ayuda solo me dan un vaso de agua”.
Viviendo el día a día sin pensar en el futuro
Las sirenas y los misiles suenan día sí y día también, y, tristemente, es una realidad a la que Oleksandra y su familia se ha acostumbrado.
Tanto es así, que ha conseguido conciliar el sueño cuando hay explosiones, aunque, muchas veces, tiene que refugiarse en su pasillo hasta que pasa la “tormenta”. “Sí me despiertan porque empiezan a temblar los cristales, salimos al pasillo para ver qué está pasando y volvemos otra vez a nuestra vida. Créeme que uno consigue dormir así bajo ataques de misiles, no tienes otra” expresaba.
Con esta nueva fase de guerra, Oleksandra siente que Rusia puede atacar crudamente la capital. Sin embargo, considera que el único modo de afrontarlo todo, es seguir con su día a día.
Ella no ha dejado de trabajar y de hacer tareas diarias para no pensar, todo el día, en la guerra.
“En Kiev está bien la electricidad, no tenemos luz de 4 a 6 horas al día, pero no es nada comparado con la que ya tuvimos. Esta respuesta no la podrán dar ni los mejores expertos ni políticos, no puedo visualizar ni cómo ni cuándo pasará, mi único lujo es sobrevivir” expresaba sobre el futuro.
Tanto, que ella considera que tiene mucha suerte de no haber perdido a nadie en el frente y contar con su marido a su lado. Cree que es la “excepción de esta guerra. Lo único en lo que puedo concentrarme es en el día a día sin un futuro, es como se siente la guerra” sentenciaba.