Conoce la historia de José Aumente, el párroco más querido entre los trabajadores del circo

¿Quién no ama el circo? Es uno de los sonidos de nuestra infancia y un espectáculo que todos guardamos en nuestro corazón. Con el paso del tiempo, el circo ha sufrido cambios. Pero siempre hay alguien que está apoyando a los que se dedican a este mundo: les escucha, les da esperanzas, incluso les casa, bautizan u ofician la comunión de sus hijos… y esa persona tan especial es el padre José Aumente, que es responsable del departamento de pastoral de Ferias y Circo, y que se pasa la vida recorriendo pueblos y ciudades, al igual que los artistas.

En ‘La Tarde’, el padre Aumente ha explicado que se dedica a “dar apoyo a los integrantes del circo. Cualquier persona, cuando nacemos, tiene una parroquia, su ayuntamiento, su escuela... pero los que se dedican a este mundo no tienen nada de esto. Nacen por casualidad en un determinado pueblo,  se mete en la caravana y se dirige a otro lugar.”

Por ello, el padre Aumente es un ancla para muchos: “El Papa Francisco decía que los circenses son como una parroquia ambulante. Me gusta sobre todo la convivencia entre las familias. El circo mantiene entre sus miembros algo que se ha perdido en el resto de la sociedad, y es que conservan la convivencia entre el pequeño, el mayor, el anciano o el amigo. Los pequeños van acompañados por su maestro. Comen con sus padres siempre, etc"

Ivanno y Ruth son trapecistas del Circo ‘Kaos’, que se dirigen a esta hora a Castellón, donde permanecerán durante tres semanas. El padre José Aumente ofició su boda, para luego bautizar a su hija. En cada espectáculo, el matrimonio se juega la vida. Por ello valoran mucho el apoyo que les presta el párroco: “Cuando hemos sufrido algún accidente trabajando, el padre siempre nos ha apoyado, nos ha escuchado. Eso no tiene precio, el poder tener a alguien cerca o lejos, pero contigo dándote ánimos y Fe. Siempre se lo agradeceremos.”