"Detrás de cada caso de agresividad, siempre se encuentran el miedo y el estrés"
¿Qué pudo provocar el suceso en el que dos mujeres perdieron la vida tras sufrir los mordiscos de sus perros?
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Una auténtica tragedia. Así podemos definir lo que pasó ayer en un chalet de Colmenar de Oreja, en el sur de Madrid. A primera hora de la tarde, dos perros de la raza Dogo de Burdeos atacaron -hasta la muerte- a una mujer de 57 años. Su hija la había llamado en varios ocasiones, pero no contestaba. Esto provocó que se presentara en la vivienda. Al entrar, se encontró con la espantosa escena y quiso ayudarla, pero los perros también se abalanzaron sobre ella. Hasta matarla.
El padre fue quien dio la voz de alarma al no tener noticias de su familia. Avisó a los servicios de emergencias y a su yerno... Y entre los dos lograron reducir a los perros. Ya era tarde. Madre e hija habían muerto como consecuencia de los numerosos mordiscos sufridos.
“El dogo de burdeos es una raza tranquila”, reconoce el adiestrador canino Santiago Vidal. Vidal ha atendido más de 2300 casos de agresividad y ha asegurado en La Tarde de COPE que “no es frecuente que los perros muerdan, lo que pasa que cada vez que un perro muerde siempre es noticia, sobre todo si son heridas graves.” Además, ha recalcacdo que “detrás de todo caso de agresividad siempre se encuentran el miedo y el estrés” y que estos casos no deben relacionarse tanto con la raza del perro en cuestión. Más bien “cuando hablamos de agresividad no pensamos en razas. No creemos que sea muy lógico etiquetar a una raza -por tener una morfología- como un animal peligroso o agresivo”.
Los dos canes están ahora en un centro de acogida de animales de la Comunidad de Madrid, junto con otros cuatro perros que en el momento del suceso también estaban en la finca.