Grazalema, el enclave gaditano donde resiste la última fábrica de mantas de la zona: "Hay menos interés"
Son los últimos herederos de una industria que llegó a tener hasta 4.000 trabajadores
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Son los últimos herederos de una industria que llegó a tener hasta 4.000 trabajadores. Esta fábrica de mantas en Grazalema sigue aguantando en pie, con tan solo 12 trabajadores. De las diez fábricas de mantas, que llegó a acoger hasta 4.000 personas, tan solo queda esta. Mario Sánchez Coronel es el gerente de la fábrica, la tercera generación que pasar por ella. "Es una gran responsabilidad, por la historia", ha contado en 'La Tarde'. Eso sí, también vive esta etapa "con mucha ilusión por hacerlo lo mejor posible y gestionarla de la mejor manera", ha agregado.
Mario estudió ingeniería de montes y se marchó a trabajar a México. Por circunstancias de la vida, comenzó a ayudar a su padre en la fábrica y desde entonces se ha quedado en ella, remando para que la empresa pueda aguantar a lo largo de los años. Esto lo han conseguido, precisamente, gracias a la calidad de sus mantas: "Están bien hechas y tienen la calidad de la materia prima. La lana es muy fina, suave y se hace de forma artesanal".
Manolo Calle es uno de los tejedores y lleva trabajando en la empresa desde el año 1990. "Con las máquinas nuevas noes duro ser tejedor, en la antigüedad sí porque tenías que trabajar con las piernas, los brazos e incluso con la cabeza, que ibas contando todo lo que ibas haciendo".
Macarena es una de las personas que menos tiempo ha pasado en esta empresa. Ella tiene 39 años y ha contado en 'La Tarde' cuál es su labor dentro de la fábrica. Ella se encarga de los remates finales, como coser etiquetas o bordar las mantas personalizadas. "Me encanta trabajar en la fábrica de las mantas. Es un trabajo que desde fuera se veía interesante y desde dentro es muy bonita".
No obstante, y pese a todo, Mario ha lamentado que "cada vez hay menos gente que tenga interés".