José Antonio Satué, obispo de Teruel, asegura que el congreso de la Esperanza planta cara al desaliento sin caer en el "optimismo infantil"

En un mundo marcado por la incertidumbre, las guerras o la crispación, da la sensación de que buena parte de la población ha perdido la esperanza en el futuro. En este contexto, se celebra en Teruel este fin de semana el congreso 'La Esperanza, Emergencia Social'.   

Desde este viernes y hasta el domingo, ponencias, charlas mesas redondas y de distintos campos y puntos de vista se reúnen en Teruel para fomentar la esperanza. Un congreso que ha organizado el obispo de la diócesis aragonesa, José Antonio Satué.

El congreso, una oportunidad para "encontrar pistas que nos ayuden a salir de este estado de desesperanza”  

En 'La Tarde', el obispo de Teruel ha comenzado comentando unos datos que preocupan: seis de cada diez jóvenes, según el CIS, cree que vivirán peor que sus padres. Unas cifras que son reveladoras: “Cuando los jóvenes, que lo han tenido todo, están convencidos de que vivirán peor que sus abuelos te parte el alma. Ves personas formadas y con buena posición económica pero les falta motivación para afrontar el día a día”, la lamentado.

Una de las motivaciones de este congreso, ha subrayado Satué, es que en un contexto de sociedad crispada, voces de ideologías y visiones distintas de la economía, la justicia, la psicología o la información “ayudarán a diagnosticar cómo estamos y encontrar pistas que nos ayuden a salir de este estado de desesperanza”, ha confiado.

En este punto, el obispo de Teruel ha hecho alusión al Papa Francisco cuando denunciaba que la realidad era suplantado en demasiadas ocasiones por las ideas: “Para ser esperanzados hay que acercarse más a la realidad, porque cuando nos acercamos a la realidad encontramos motivos para la preocupación, porque no podemos tener una esperanza infantil, sino encarnada, pero esa realidad nos da motivos para la esperanza, porque hay toneladas de cariño y compromiso de personas que trabajan de manera desinteresada para que este mundo sea mejor”, ha sostenido.

 "no queremos lanzar la idea de que todo va a ir bien"  

En este sentido, José Antonio Satué ha establecido una distinción entre esperanza y optimismo, ya que este último “viene mezclado con esa ingenuidad de que todo irá bien, y nosotros no queremos lanzar la idea de que todo va a ir bien, pero sí lanzar la idea de que la realidad en la que vivimos nos da motivos para la esperanza”.

Además, el titular de la diócesis turolense considera que los creyentes “sabemos que Dios existe, que está presente en nuestra realidad y desde esa experiencia la esperanza crece”.

A juicio de Satué, el déficit de esperanza recorta las posibilidades de crecimiento humano al no contar con “un punto de apoyo para afrontar las dificultades”, y confía que durante el congreso “sepamos dar razones de esperanza que surge del bien y que vemos en la realidad de cada día”.

Por ello, el obispo de Teruel espera que pese a las diferencias de pensamiento o creencias de los participantes, después congreso 'La Esperanza, Emergencia Social' “salgamos con la idea de que juntos podemos dialogar y enriquecernos”.