Le regalan un ordenador por su comunión y lo que trastea con él le lleva a la OTAN y la ONU: un giro radical en su vida

Se llama Sandra Bardón y explicaba en 'La Tarde' cómo su vida pegó un cambio radical a partir de ese ordenador

Ana Rumí

Publicado el

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Te llaman, supuestamente, de tu banco. En esa llamada, te dicen que alguien está dentro de tu cuenta y te está sacando dinero y, necesitan, que les des una serie de códigos para recuperarlo. Cuando tú te sientes aliviado, pensando que ya está todo corregido, es cuando realmente te han estafado.

Es, solo, una estafa más de las miles que te pueden hacer para robarte todos tus ahorros, aunque, desgraciadamente, son muchas las que pueden perpetrar para llegar hasta todo lo que tienes. Son, por supuesto, los llamados hackers, que son capaces de llegar hasta el fondo de tus datos para robarte todo lo que tienes.

Hay que tener mucho cuidado con todos ellos, porque de la forma más sigilosa posible pueden suplantarte sin que te des cuenta. Es, sin duda, el lado más oscuro de Internet, aunque, también, puede convertirse en el más luminoso.

Porque aunque nuestra concepción de los hackers sea, casi siempre, negativa, también esta figura sirve para protegernos de los ciberdelincuentes y de aquellos que intentar penetrar en nuestra intimidad.

Y es que hay hackers de profesión que, en lugar de elegir el dinero fácil del crimen en Internet, prefieren combatirlo con sus mismos conocimientos.

Una de ellas es, sin duda, Sandra Bardón quien, con su talento, está trabajando ahora para la ONU.

      
             
      

El regalo de comunión que cambió su vida

Cuando uno tiene unos 6 o 7 años, sueña con hacer grandes cosas en la vida. Piensa en que, cuando sea mayor, podrá llegar a ser astronauta, cantante o jefe de una gran empresa. Normalmente, cuando vas creciendo, vas bajando el listón de todos esos sueños y tienes a pensar en metas un poco menos complicadas.

Sin embargo, hay quienes persisten y logran objetivos que, para tantos, podrían ser imposibles. Y es el caso de Sandra Bardón que, con apenas 7 añitos, decidió que le gustaba y mucho el mundo de la informática, y eso que, por aquel entonces, Internet no era accesible para todo el mundo.

“Me aburría mucho en el colegio y aparte de hablar mucho, pedí que me apuntaran a informática, y con 7 años empecé a programar” contaba en 'La Tarde'.

      
             
      

Fíjate si ha logrado sus metas que, años más tarde, ha trabajado para la OTAN como responsable de la ciberdefensa de la Alianza Atlántica y ahora es analista de seguridad de la ONU.

Y todo comenzó con un regalo en su comunión. “Mi mayor regalo fue un ordenador en la comunión, lo pagaron a plazos y me dedicaba a cacharrear cuando empezaba Internet. Me lo cargaba muchas veces, luego estudié Telecomunicaciones y he estado en el Ministerio de Defensa, y fui parte del equipo que fundó el mando conjunto de ciberdefensa. Estábamos dos mujeres, y fuimos tres más tarde” detallaba Sandra.

Gracias a sus conocimientos y destreza, defiende nuestras fronteras, ejércitos y vecinos de los ataques criminales en la red.

      

Su trabajo en la OTAN y la ONU

Ella misma explicaba que, “para saber defender bien, hay que saber cómo se ataca y cómo son las defensas que te tienes que saltar” y por eso, se ha especializado en la ciberdefensa, aun siendo de las pocas mujeres en hacerlo. 

“Era investigadora tecnológica, he sido la primera y única mujer en el departamento de tecnología en el centro de ciberdefensa de la OTAN. Yo lideraba un proyecto ambicioso, encontrar fallos de seguridad y poder explotarlos en subestaciones eléctricas” comentaba.

Y tras trabajas en la OTAN, la ONU le reclamó. “Me uní a la ONU en 2022, al principio lideré la parte de gestión de vulnerabilidades, y ahora estoy más enfocada en personas, en entrenarlas. Todos somos un posible objetivo, cuando más alto en la organización estés, más objetivo eres de posibles futuros ataques, y mi labor es entrenarlas para cuando haya un incidente” expresaba sobre su actual trabajo.

Consejo de Seguridad de la ONU

Eso sí, dice que no puede contarnos cuáles son las crisis más importantes de seguridad que ha vivido porque “tenemos contrato de confidencialidad, cuanto menos la información es sensible. Se requiere de ética profesional, hay ciertos sitios en los que se pasa un cribado personal y profesional, se mantiene esa ética” sentenciaba.