El llamamiento desesperado de Isabel, trabajadora de la T4 de Barajas, por lo que pasa en el aeropuerto cada noche

Es trabajadora de la T4 del aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas y explicaba en 'La Tarde' la desesperante situación que viven todas las noches que trabajan

Aeropuerto de Barajas
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Ana Rumí

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3 min lectura

Es uno de los lugares de paso más famosos del mundo, y al día se pueden ver miles de pasajeros transitándolo. Algunos llegan, otros se van, pero siempre hay alguien. Te hablamos del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas de Madrid, considerado uno de los aeropuertos más activos de toda Europa.

Y es que Barajas sirve de puerta de entrada a Europa, sobre todo, desde Latinoamérica. Se estima que al mes se pueden gestionar hasta 36.000 vuelos, una auténtica barbaridad.

Por ser todavía un poco más concretos, según AENA, solo en 2023 pasaron por Barajas más de 60 millones de pasajeros, lo que supuso un aumento de tráfico del 18% con respecto al año anterior.

Por eso mismo, se erige como un lugar que debe ser cuidado y respetado por todos, para tranquilidad de los trabajadores y de los pasajeros que diariamente, a todas horas del día, pasan por ahí, independientemente de la terminal que sea.

Si alguna vez has ido, sabrás que es uno de los que mejores instalaciones tiene. Sin embargo, hay algo que está pasando cada noche que tiene a los trabajadores y a los pasajeros en vilo.

El llamamiento desesperado de Isabel, trabajadora

Desde hace unos años, la Terminal 4 de Barajas y otras dependencias del aeropuerto están repletas de personas que buscan refugio en ellas. Y cuando hablamos de refugio, lo decimos de forma literal. 

Se estima que son 500 personas las que acuden a Barajas cada noche para pasar ahí la noche. Lo hacen en colchones, esterillas o en maletas, con el fin de encontrar un techo bajo el que cobijarse. Lo hacen boca abajo porque lo cierto es que los focos de la terminal nunca descansan.

Los perfiles de quienes van a dormir ahí son variados, pero son sobre todo migrantes que no tienen papeles en regla y, por no tenerlos, se ven obligados a hacerlo ante la imposibilidad de encontrar una vivienda.

Sin embargo, se ha corrido la voz de esta técnica y cada vez van más personas. Se pueden ver prostitutas, drogadictos, delincuentes y personas sin hogar. Según los trabajadores, se ha convertido en una ciudad sin ley.

Trabajadores como Isabel Rubio, trabajadora de la T4 de Barajas desde hace 20 años y de la Unión Sindical Obrera (USO) Sector Aéreo. Ella contaba que, a pesar de que han habilitado una zona para estas personas, la situación es cada vez más preocupante.

“Llevo desde que se inauguró y siempre hemos tenido indigentes que viven y pernoctan en el aeropuerto, pero últimamente se ha incrementado” empezaba contando.

“Son cientos de personas, hay de todos los tipos, algunos tienen necesidades económicas, otros que no están bien de salud, otros con problemas de salud mental...Nos genera inseguridades, y para todo el mundo” confesaba.

Por eso hacía un llamamiento, para que se les dé una solución, ya que considera que es una “situación desagradable” por la que apenas pueden actuar.

Puertas de embarque en el aeropuerto Madrid- Barajas Adolfo Suárez

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Puertas de embarque en el aeropuerto Madrid- Barajas Adolfo Suárez

“Se producen altercados. No es raro que un pasajero entre en un baño público y se encuentre a gente lavándose, para ellos es su casa y ese es su baño. Entiendo que antes de la calle, para ellos es un lugar donde quedarse a pernoctar e incluso a vivir mejor que en la calle. Pero la T4 no debería cobijar a gente que no tiene casa” afirmaba.

Dice, además, que genera muchos problemas de seguridad por lo que se sienten indefensos.

La historia de Fernando, que pernocta en el aeropuerto

Fernando tiene 50 años, dos hijas, y llega desde Perú. Vive desde hace dos años en España y, desde el año pasado, tuvo que inventarse pernoctar en el aeropuerto de Barajas. No tiene los papeles en regla y se ve obligado a tomar esta “solución”. 

“Llevo casi un año, me han denegado el asilo y estoy en standby, es un lugar público” confesaba en 'La Tarde'. Él también siente miedo de dormir ahí, porque la situación se ha vuelto insostenible.

De hecho, los vigilantes de seguridad suelen despertarlos a partir de las 4 de la mañana. “En mi situación, tengo que levantarme de manera rutinaria y trabajo de lunes a domingo en carpintería” confesaba.

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