En 'La Tarde'

"Los tratantes quieren, cada vez, más carne fresca"

Loveth y Marcela fueron víctimas de la trata de blanca cuando llegaron a España, ahora luchan por otras mujeres dentro de APRAMP

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Loveth y Marcela de mujeres víctimas de trata de blanca a ayudar desde APRAMP

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Son invisibles, pero están. Son inaudibles, pero gritan cada noche. Son valientes, pero no sacan fuerza. Son mujeres, sometidas de manera forzosa, que han caído en la trata de personas, el negocio más lucrativo después del tráfico de armas, la prostitución. Aquí en España hay muchas. La asociación APRAMP atendió el año pasado a más de 3.712 personas. 1.259 iniciaron el camino de la inserción, algo que sólo se consigue con ayuda real hacia la inserción laboral. Pero lo primero es identificar a la víctima.

Loveth lleva 11 años en España, durante casi 7 años ejerció la prostitución obligada. Ahora "yo sé que valgo mucho, estoy muy contenta", dice en 'La Tarde'. Loveth forma parte de APRAMP,  asociación que combate la trata de mujeres y niñas a las que manda este mensaje "a todas las chicas obligadas a ejercer la prostitución deben saber que pueden salir, que hay otra vida esperándolas a ellas. Que valen mucho más de lo que están haciendo ahora".

Marcela llegó a España hace 14 años, durante un año fue obligada a ejercer la prostitución, "primero en Portugal, luego me llevaron por distintas comunidades hasta que llegué a Madrid" cuenta  en 'La Tarde' donde recuerda que "para los tratantes éramos carne fresca y cada vez la quieren más fresca". Por ello Marcela como Loveth sabe que esta mujeres como les pasó a ellas hace años "necesitamos personas que nos den oportunidades reales, porque cuando yo llegué a Madrid no creía ni confiaba ya en nadie. APRAMP me salvó la vida". Porque "con alternativas reales se puede salir".

Rocío Mora es la directora de APRAMP y quiere que sea visible este gran problema implicando a toda la sociedad y sobre todo a las mujeres esclavas de estas mafias porque "son ellas las que tienen que hacer el trabajo de identificación, de detección. Luchamos por el derecho fundamental de las mujeres, de hecho llegamos a 250 mujeres cada día solo en la Comunidad de Madrid", pero "no se trata de llenarse la boca de hablar de la trata de blanca, hay que bajar a la arena a luchar con estas mujeres".

Una lucha que no está exenta de peligros, "porque las chicas que están en las calles no están solas, hay gente que las está vigilando, pero nosotras con la ayuda de nuestras camisetas estamos también ahí" afirma Loveth, pero tenemos que actuar con precaución porque "las mafias también tienen miedo de nosotras y les pegan y les cambian incluso de ciudad o de país si saben que les estamos vigilando".

Pese a las dificultades la lucha de esta asociación no va a cejar, "nuestro objetivo es salvar la vida de estas mujeres, nuestra prioridad son ellas, conseguir que salgan de esa situación" dice Marcela.

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