El nuevo medicamento que reduce el avance del Alzheimer en un 35 por ciento: "Un paso muy importante"

El neurólogo Pablo Martínez-Lage explica en 'La Tarde' cómo funciona este fármaco y la investigación que podría prevenir uno de cada tres casos de la enfermedad

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Escucha la explicación del neurólogo Pablo Martínez-Lage sobre el nuevo tratamiento para el Alzheimer

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Alzheimer es una enfermedad degenerativa "frecuente, progresiva en incurable". Sin embargo, a través de un fármaco se ha conseguido "ralentizar" los síntomas que aparecen en algunas personas. Hay científicos que, incluso, dicen que puede ser "un punto de inflexión" para el tratamiento de la enfermedad. No es una solución, pero es capaz de reducir el deterioro cognitivo en la fase temprana en un 35 por ciento.

Esto es lo que ha publicado una farmacéutica sobre un ensayo clínico que estaban realizando con un medicamento, un anticuerpo monoclonal que ataca una de las proteínas involucradas en el nacimiento del Alzheimer, la proteína amiloide. Aunque aparentemente pueda saber a poco, lo cierto es que esta herramienta abre las puertas para entender cómo tratar la patología.

"Más tiempo cuidando a los nietos"

Las investigaciones han sido presentadas en un congreso de Ámsterdam, donde estaba el neurólogo de la Universidad de Navarra y director científico de la fundación CITA-Alzheimer, el doctor Pablo Martínez-Lage. El doctor ha explicado en 'La Tarde' que, hasta ahora, los fármacos que se usaban estaban destinados a paliar los síntomas.

Pero este medicamento se enfrenta "a los propios mecanismos de la enfermedad". Esto tiene un impacto bastante significativo, ya que acabar con la proteína "cambia la pendiente de deterioro" del paciente. Esto es, dar mayor tiempo de vida normal a las personas que lo experimenta.

Martínez-Lage ha comentado que el impacto de la proteína en el Alzheimer estaba siendo cuestionado "y este hallazgo la pone otra vez sobre la mesa". De esta manera, se podrá avanzar hacia "medicina personalizada y de precisión", que facilitará el tratamiento de una patología tan "compleja y heterogénea".

El diagnóstico precoz es posible

Para que sea eficaz, debe aplicarse en las primeras fases, lo que requiere un diagnóstico temprano. El doctor ha insistido en que ya disponemos de pruebas para reconocerlo "de una altísima fiabilidad, cercana al 95 por ciento" y no es necesario esperar a un momento avanzado de la enfermedad.

"Una de imagen cerebral que se llama PET, que nos dice si hay amiloide" y cuesta en torno a 2.000 euros. "Otra es una punción lumbar, al estilo de una anestesia epidural, donde se obtiene el líquido cefalorraquídeo, el que baña el cerebro", y así determinar la presencia de la proteína.

Martínez-Lage ha reconocido que "estamos preparados" para diagnosticar la enfermedad precozmente, aunque la actitud de muchos profesionales debe cambiar. Igualmente, ha denunciado que la neuropsicología debe incorporarse a los servicios de neurología, y que los laboratorios de los hospitales ya tienen las máquinas para realizar las pruebas.

"El gran reto" del tratamiento

El doctor ha expresado la necesidad de un pacto entre los sectores público y privado para que "no se convierta en un tratamiento de ricos". Asimismo, ha desvelado los posibles efectos secundarios que podrían aparecer: "un edema cerebral o pequeñas hemorragias". Sin embargo, con interrumpir el tratamiento sería suficiente para revertirlos, pero se necesita la detección de estos síntomas.

Se podrían prevenir uno de cada tres casos

Desde la fundación, el neurólogo ha compartido que es en lo que están trabajo desde la fundación CITA-Alzheimer de San Sebastián. "Solo hay un estudio que haya demostrado que un programa de control estricto de factores de riesgo acompañado de un programa de actividad física, de cambio de dieta hacia hábitos más saludables y de entrenamiento cognitivo, previene el deterioro al cabo de dos años", apuntaba.

Se trata del estudio FINGER, de Finlandia, que se ha extendido por el mundo para tratar de confirmar esta hipótesis. "Nosotros lo pusimos en marcha hace dos años.

"Estamos tratando de reclutar 1.000 personas, ya hay 500 que dividimos en dos grupos: una a la que hacemos una intervención similar, a la que incorporamos la gestión emocional, y otra a la que les damos todas las recomendaciones, pero les dejamos que se cuidan ellas solas", exponía. Los cálculos de esta investigación detalla que, de esta manera, se podrían prevenir uno de cada tres casos. "Esperamos lograrlo", concluía.

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