La particularidad que comparten dos pueblos de Segovia que los ha hecho únicos en España: ahora todos quieren ir
Hablamos de Ventosilla y Hontanares de Eresma, en la provincia de Segovia, y algo de lo que poseen los ha hecho excepcionales en nuestro país, como explicaba en 'La Tarde'
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A Ventosilla y Hontanares de Eresma les separan, apenas, 60 kilómetros. Ambos pueblos están en la provincia de Segovia, y ambos comparten muchas cosas.
Aunque por habitantes hay una diferencia sustancial, ya que Ventosilla cuenta con 15 habitantes, aproximadamente, y en Hontanares de Eresma cuentan con 1.600 personas censadas, aunque viven unas 2.000 personas. Lo cierto es que en este último pueblo, en Hontanares de Eresma, el crecimiento ha subido un 400% desde el año 2000.
A pesar de eso, y que es un dato muy bueno, estos dos pueblos de España llevan un tiempo en un decrecimiento que los ha situado como parte de la España Vaciada de la que tantas veces hemos hablado.
Les cuesta atraer el turismo, cada vez hay menos nacimientos, y cuentan con pocos servicios, lo que muchas veces les obliga a ir a Segovia o a otro centro urbano a ellos.
Tienen un consultorio, si necesitan un médico, le tienen que llamar por teléfono, tienen apenas un centro cultural y lo que, sobre todo reclaman, es más empleo y mayor conexión con los centros urbanos.
Y a pesar de todo, ambos pueblos tienen una particularidad que los ha hecho único en España y por los que mucha gente quiere visitarles.
La particularidad de ambos pueblos de Segovia
Son apenas 60 kilómetros los que separan a Ventosilla y Hontanares de Eresma, pero hay algo que todavía les separa y les une a la vez: 41 años de diferencia en la media de edad.
Y es que ambos han conseguido un hito único: ser el pueblo más mayor de España y el más joven, respectivamente. Para que te hagas una idea, la media de edad en Ventosilla, según el INE, es de 75 años. El último nacimiento fue en 1972.
En Hontanares de Eresma, sin embargo, la media de edad es de 34 años, y, cada vez más, acuden familias con niños pequeños a habitar este pequeño pueblo de la España Vaciada.
Personas como Patricia. Ella sobrepasa los 30, tiene dos hijos, uno de 9 años y otro de 5, y desde hace casi 15 años, decidió coger sus cosas y trasladarse a Hontanares de Eresma.
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Hontanares de Eresma
Su marido es de Segovia y ahí compraron un chalé donde viven. No esperaban, en lo más mínimo, pasar su vida aquí.
“Él vino al pueblo por invertir y se compró un chalé y aquí nos quedamos. Segovia es cara a nivel de construcción, pero aquí se podía acceder a tener un chalé” comenzaba contando Patricia.
Ella cree, por su experiencia, que es una localidad con “mucha vida” y que la decisión de mudarse hasta ahí estuvo acertada. Considera que son muy afortunados, pero sí que cree que hacen falta otros servicios.
Servicios como el pediatra ya que, al haber cada vez más niños, no hay uno fijo en el pueblo.
Un pueblo irreconocible 20 años después
Patricia no es la única que lo dejó todo para irse a vivir a Hontanares de Eresma. También lo hizo Arantxa, que es extremeña, y que, paradójicamente, ha acabado viviendo en este pueblo de Segovia.
A ella no le une nada, como tal, al pueblo, ya que su marido es de Madrid. Sin embargo, fue él quien hace 20 años decidió comprarse un chalé en el pueblo, y, 15 años después, se les ocurrió que podían vivir ahí.
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Ventosilla, Segovia
Fue en plena pandemia y, tras disfrutar de jardín, aire libre y tranquilidad en pleno coronavirus, decidieron quedarse. “Decidimos venirnos hace cinco años y desde entonces llevamos una vida bastante tranquila y muy cómoda”.
“Cuando salimos con la niña al parque vemos niños y tranquilidad, es lo que se agradece a día de hoy
echamos de menos un pediatra, para tener tantos niños, somos de los pocos pueblos que tienen un pediatra” confesaba.