La pasión que ha unido a un padre con su hija de 17 años en Tarifa y que ha hecho a España campeona del mundo

Ella se llama Nía Suardíaz y explicaba en 'La Tarde' cómo, con tan solo 4 años, su padre le ayudó a encontrar una pasión que nos está dando muchas alegrías en el deporte español

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La pasión que ha unido a un padre con su hija de 16 años en Tarifa y que ha hecho a España campeona

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Es como volar, con total libertad, y sin sentir ningún tipo de peso. Así es como describe Nía este deporte, que se conoce como Wingfoil, y que es, en realidad, una modalidad diferente del surf. Para que nos entendamos, consiste, básicamente, en agarrarte a una cometa y dejar que ella, sobre el agua, te vaya levantando.

Es como si hicieras windsurf, pero en este caso, el mástil de la cometa serías tú. Un apunte importante, la forma de tabla acaba en T y se va elevando poco a poco, provocando esa sensación de volar, prácticamente como si hicieras ala delta.

Lo curioso de todo esto, es que es un deporte que, como tal, comenzó hace muy poquito, pero ha servido para que España ya se proclame como flamante campeona del mundo. No es baladí, y es algo que se lo debemos a Nía Suardíaz, esta joven de 17 años de Tarifa, que ha revolucionado el deporte de nuestro país.

La pasión de Nía con su padre, que ha permitido que seamos campeones

Si has estado alguna vez en Tarifa, y si has oído hablar de ella, sabrás que tienes que convivir siempre con el viento. Sí, es, de hecho, un habitante más que está presente en la vida de todos los vecinos, y que, en realidad, si quieren tener una buena vida, es mejor que se hagan sus mejores amigos.

Nía lo ha hecho y con creces, porque gracias a ello, se ha hecho con el campeonato del mundo. Tiene 17 años y ya puede decir, tranquilamente, que ha conseguido una hazaña que no está al alcance de todo el mundo. Eso sí, para ella, este deporte "es fácil" y, prueba de ello, es que todo el que lo prueba, quiere seguir practicándolo.

Nía practicando este deporte, foto sacada de Instagram

Ella comenzó hace muy poquito, aunque desde los 4 años, ha sido una gran amante (y practicante) del surf y del Windsurf. De hecho, fue su padre quien le inculcó esta pasión. "Era una pasión con mis padres y unos amigos me animaron a probar esto y me encantó, no he parado de practicarlo. Me sorprende lo mucho que está creciendo en todas las disciplinas que tenemos, y está superguay ver cómo lo empiezan a conocer e intentarlo, ver cómo crece desde que comenzó hace 5 años" decía.

Curro es su padre y, sí, él admite que gracias a él su hija se dedica en cuerpo y alma a lo que le hace feliz. "Desde los 4 años mis niños han sido muy lanzados, tenían ganas de experimentar y probar cosas, en Tarifa hay escuela para niños pequeños" contaba.

"Tarifa es una meca para esta disciplina, donde más practicantes hay es en Francia, son unos apasionados desde hace muchos años, los pioneros son ellos. Nos metimos de lleno en esta disciplina gracias a mi hija, le invitó una amiga para no hacerlo sola, Nía se animó y nos llamaba la atención, seguíamos practicando windsurf y le empezó a prestar más atención" contaba.

La dificultad para compaginar toda su vida

Es campeona del mundo y eso, por supuesto, implica trabajar mucho y muy duro para conseguirlo. Entrenar todos los días y conseguir los mejores resultados. Pero claro, eso lo hace Nía mientras está, a la vez, estudiando primero de bachillerato.

"Me cuesta sacarlo adelante con exámenes y compaginar todo con primero de bachillerato, hago clases online y estoy ya en la última parte del curso, intento sacarlo y también hacer esta vida que es mi pasión y viajar por el mundo" contaba en La Tarde.

Nía practicando este deporte, foto sacada de Instagram

Su padre, Curro, piensa lo mismo: es difícil compaginarlo todo, pero por verla feliz merece la pena. "Los viajes son largos y duro, es difícil sacar el estudio, pero sabemos que hay que apoyarla a tope" sentenciaba.

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