Sale de fiesta por Madrid, entra en una discoteca y el camarero no da crédito a lo que pide: “hasta me pidió el DNI”

Tres jóvenes, Ariadna, Susila y María, de 19 años, pasaban por 'La Tarde' para explicar sus experiencias con las fiestas entre jóvenes

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

Si echas un poco la vista atrás y tiras un poco de memoria, ¿recuerdas cómo eran las fiestas a las que acudías cuando eras joven? Y cuando hablamos de recordar, queremos saber con todo lujo de detalles. Desde la música que ponían hasta cómo se vestía. Y, si nos apuras un poco más, qué solías beber.

Porque, aunque parezca que no, esto último también va por modas. Ha habido épocas en las que se ha bebido más vino que cerveza, otras en las que distintos tipos de bebida eran las preferidas de los jóvenes. Pero, si te das cuenta, siempre hay un denominador común: el alcohol.

Y es que en cada fiesta que se precie, el alcohol suele ser uno de los protagonistas. Vayamos aportando datos, porque es como mejor se ve.

CORDON PRESS

Fiesta de Navidad de una empresa

El 8% de nuestros jóvenes asegura que bebe alcohol cada semana, siendo el fin de semana el punto álgido de este consumo. Pero, aunque parezca que no, es un buen dato, porque en el año 2006, el dato era tres veces mayor.

Y es que parece que las nuevas generaciones, especialmente la generación Z, han tomado conciencia de los efectos negativos del alcohol.

También, por supuesto, ha cambiado la forma de relacionarse entre ellos. De hecho, hace solo cuatro años, casi un 10% decía que bebía en la calle habitualmente. Ahora, es un 7%. Parece que bajar el consumo de alcohol es una tónica habitual entre los jóvenes.

      
             
      

Es lo que le preguntamos a tres jóvenes de 19 años de Madrid. Ellas son María, Ariadna y Susila. Las tres tienen algo en común: son abstemias.

La decisión de probar ni una sola gota de alcohol

Las tres, mayores de edad, aseguran que no tienen ningún tipo de intención de beber el alcohol que les ofrecen en cada fiesta o convención social. 

De ellas, María no ha probado jamás gota de alcohol ni ha “tenido la necesidad. Tengo la gran suerte de contar con amigas y familiares que nunca me han presionado ni obligado, me he sentido cómoda para poder soltarme y no probar el alcohol” aseguraba.

      
             
      

Eso sí, dice que tiene mucha suerte porque su círculo más cercano, especialmente sus amigos, no han probado jamás el alcohol o no suelen beberlo de forma habitual. “Salimos por ahí, pero no hace falta beber para soltarnos y poder disfrutar” decía.

Lo mismo piensan sus compañeras aunque, ellas, lo tienen un poco más difíciles. Y es que sí que tienen un círculo de personas que beben alcohol.

Las tres jóvenes en 'La Tarde'

“Mis amigos tienen completamente normalizado el alcohol, si no hay alcohol no hay fiesta. Yo no conozco a nadie que no beba alcohol. No acaban de entender que hay gente que no bebe por decisión propia. Es algo tan normalizado que no hacerlo es como de locos” decía Susila.

      

A Ariadna también le cuesta un poco ya que, casi todos sus amigos, son bebedores en las convenciones sociales. Para ella, beber alcohol es contraproducente, y es que se considera muy “deportista y el deporte y el alcohol es muy mala combinación”.

Sin embargo, a las tres les cuesta mucho mantener su voto, especialmente porque son muchas las caras que tienen que soportar cuando aseguran no beber alcohol.

La reacción del camarero a su pedido

Salir de fiesta, en el caso de estas tres jóvenes, no es nada fácil, porque tanto amigos como desconocidos en la discoteca les incitan a tomar alcohol. 

No suelen ir a botellones ni otro tipo de evento social en el que el alcohol sea el protagonista, pero sí suelen ir a discotecas. Sin embargo, las tres cuentan algo muy característico: los camareros alucinan cuando les piden sus bebidas.

“Si pagas una entrada con consumición, no te quieren dar agua y quieren que tomes algo más” contaba Susila. Cuando pidió el agua al camarero, le dijeron que “pidiera algo más”. Exactamente como a María.

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Un camarero tras la barra del bar

“Cuando pido agua, me piden el DNI. Cuando lo pido, me miran con cara de que he entrado casi que sin querer. Me suelen mirar mal, pero tengo que pasarlo de nuevo” aseguraba.

Por eso, todas tienen su método: llevarse una pequeña botella de agua en el bolso por si no se la quieren ofrecer.