Salva la vida de una mujer en Málaga por la DANA y la oferta que le llega desde León días después le deja mudo

Él se llama Mansour, llegó desde Guinea Conakry hace un año y ahora su vida ha cambiado radicalmente por su heroicidad tras la DANA

Ana RumíRedacción La Tarde

Publicado el

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Han pasado tres semanas desde que la DANA asolara municipios de la Comunidad Valenciana, Albacete y Málaga, y dejase a miles de personas sin sus casas y modos de vida. Desde entonces, las labores de ayuda y de recuperación están siendo infatigables.

Mientras las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado trabajan a destajo para que la restauración de los pueblos sea lo más pronta posible, cientos de voluntarios siguen llegando a los municipios para aportar su granito de arena, una labor que se agradece enormemente.

Son muchas las personas que, desde finales de octubre, cuando ocurrió la tragedia, han estado trabajando para ayudar a quienes más lo necesitan. No podemos, ni debemos, olvidar los nombres de todos ellos que, con su infinita generosidad, han ayudado al prójimo en sus momentos más vulnerables.

EFE

Labores de limpieza en la localidad malagueña de Benamargosa

Y uno de ellos es Mansour Conte, un joven de 18 años de Guinea Conakry que llegó a España hace un año buscando una vida mejor. Fue en Málaga donde, definitivamente, se instaló, y es ahí donde le pilló la lluvia torrencial de la DANA. Sin saberlo, pronto él se convertiría en todo un símbolo de coraje y de humanidad.

Y todo, por su infatigable tarea por ayudar a quien más lo necesitaba en el momento justo.

La heroicidad que lo ha convertido en una leyenda

Hace unos días, cuando la DANA golpeaba con furia a Málaga, Mansour decidió bajar a la calle para ayudar a la policía que estaba retirando los cubos de basura que flotaban por las calles como barcos de papel. 

      
             
      

La lluvia, cada vez más fuerte, convertía las avenidas en ríos caóticos que atrapaban a los desprevenidos y, en medio del caos, una mujer petrificada, sin poder moverse, agarrada con fuerza a su paraguas. Mansour Conte, cuando vio a la mujer, deja los cubos y se acercó a ella para ofrecerle su mano.

Ella no se podía ni mover, casi ni se inmutaba de lo que estaba pasando, estaba aterrada. Así que, ante su parálisis, Mansour Conte la cogió en brazos y la puso inmediatamente a salvo.

El barrio entero, testigo desde ventanas y balcones, celebra su valentía. Y es que, después de ayudar a Cristina, Mansour se puso a bailar bajo la lluvia para celebrar la vida salvada.

      
             
      

Policía Nacional/EFE

Imagen aérea facilitada por la Policía Nacional de los estragos causadas por la DANA en Málaga

Mansour llegó a España hace un año desde Guinea Conakry en busca de una vida mejor, pero ha sido su gesto heroico en una tarde tormentosa de Málaga el que ha inspirado a toda una ciudad, incluso a su alcalde, Paco de la Torre, que le ha felicitado en francés.

“Querido amigo soy Paco de la Torre, alcalde de Málaga, quería felicitarte por tu extraordinaria labor ayudando a la mujer en medio de la lluvia” le expresaba el alcalde en una carta.

Sin embargo, para Mansour, su gesto no es más que un acto natural, algo con lo que seguro Cristina, la mujer a la que le salvó la vida, no está de acuerdo, porque para ella lo ha sido todo.

      

La oferta de León que va a cambiar su vida

Mansour Conte está convencido de que Dios le puso en ese lugar para algo y Cristina agradece la determinación de su ángel de la guarda. 

Seguro que has escuchado alguna vez que quien siembra generosidad recoge gratitud. Pues bien, en estos días Mansour Conte ha recibido en torno a una decena de propuestas laborales, una de ellas desde León.

Su historia llegó a oídos del propietario de una empresa allí en León, dedicada al montaje de paneles, y conmovido por la valentía y el espíritu solidario, ha decidido darle una oportunidad laboral.

Necesitamos más personas como él, dice este empresario. Quizá la acepte, pero antes tendrá que arreglar su situación en España. Mansour Conte, con tan solo 18 años y lejos de su hogar, pudo haberse refugiado en su propia vulnerabilidad, pero eligió convertirse en el refugio de alguien más.

Sin pensar en su seguridad, fue capaz de transformar el caos de una tarde lluviosa en Málaga en una elección de humanidad. Su decisión de cargar en brazos a Cristina no solamente la salvó de un peligro inminente, sino que también nos salvó a todos de alguna manera. Nos salvó del desencanto y nos salvó de la apatía.

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