Los dos ejercicios clave para ejercitar la memoria y no perderla con la edad: al llegar a tu casa
Según los últimos estudios, las nuevas generaciones tendrán menos cociente intelectual y menos memoria a causa de la tecnología, y preguntamos a una experta por ello
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¿Te acuerdas de Coco, la película de Disney que conquistó a mayores y a niños? Sí, esa que es en México y que tiene por protagonistas a un niño y a su bisabuela, y toda la película gira en torno a los recuerdos que atesoran y como a veces, cuando uno es mayor, la memoria empieza a fallar.
Aparte de las lágrimas que puedas echar con el final y con cómo se desarrolla la trama, se te queda una sensación de que es muy necesario cuidar la memoria y nuestros recuerdos, desde los más nimios, hasta los más importantes, para recordarte, valga la redundancia, a ti mismo de lo que has vivido.
Si ahora hicieras el ejercicio de ir contando los recuerdos que tienes desde que eras niño hasta ahora, te darías cuenta de que pueden llegar a ser incontables. No es para menos, porque se estima que la memoria humana tiene una capacidad de unos 100.000 gigas. Tenemos recuerdos a partir de los 3 o 4 años en adelante, aunque, claro, cuando somos más mayores, vamos perdiendo más.
Eso sería lo lógico, a más edad, menos memoria. Pero, sin embargo, cada vez está pasando más en generaciones más jóvenes, que no tienen la misma capacidad de memoria. Seguro que tú te sigues sabiendo el número del teléfono fijo de tus padres, de tus tíos, y el tuyo propio. Pero, si se lo preguntas a alguien más joven, te dice que ni se lo ha llegado a aprender porque ya lo tiene todo en su móvil.
Sí, son las nuevas tecnologías las que están propiciando que cada vez tengamos menos capacidad de retención. De hecho, según un estudio de la Universidad de Northwestern en Illinois, el cociente intelectual de las generaciones futuras desciende cada vez más a causa, entre otros factores, del uso de la tecnología.
Pero, ¿significa eso que cada vez tendremos menos memoria? Es a lo que nos responde Patricia Román Fernández, psicóloga, profesora en la Universidad Loyola, y especialista en Psicología Experimental y Neurociencia del Comportamiento. Su investigación se centra en el papel de las funciones ejecutivas, en la memoria, el lenguaje y la toma de decisiones.
"Siempre necesitaremos la memoria"
Aunque son muchos expertos los que creen que el cociente intelectual va a ir bajando cada vez más en las nuevas generaciones, lo cierto es que no llegará hasta el punto en el que no necesitemos la memoria. Así es como lo explica la doctora Patricia Román:
"La memoria es esencial para todo lo que hacemos, para lo que consideramos de recordar nuestro pasado o número de teléfono, o la que utilizamos ahora mismo. Siempre la necesitaremos para poder trabajar con información en el momento en el que estamos, hasta en el otro extremo mucho más abstracto de tener la propia identidad de uno mismo" explicaba.
Porque sí, es esencial almacenar toda la información para construir el lenguaje, nuestra identidad o las de las personas que nos rodean. Sí, como explicaba la doctora, hay diferentes tipos de memoria y no es fácil que se pierdan. "Al principio tenemos que entender que tenemos más de un tipo de memoria y en función de eso hay unas regiones que se encargan más o menos. Tenemos que considerar que nuestra memoria puede almacenar de otra manera, temporalmente la información y trabajar con ella sin necesidad de almacenarla a largo plazo, una función que nos permite comprender las frases y conectarla con información que tenemos almacenada a largo plazo, como el significado de las palabras" sentenciaba.
Los ejercicios claves para ejercitar la memoria
Que siempre necesitemos de la memoria no significa que no vayamos perdiéndola con el tiempo, por lo que es también importantísimo ejercitarla y cuidarnos de perderla. Por eso, le preguntamos a la profesora y doctora por unos ejercicios básicos con los que podamos mantener en forma nuestra memoria:
"Hay mucha información que tenemos disponible a la que no podemos acceder, podríamos entrenar cada una de esas cosas por separado, con cosas básicas como prestar más atención a las cosas a las que estamos trabajando. Eso favorece a que esa información llegue a la memoria a largo plazo" decía.
Por eso, uno de los ejercicios básicos es llegar a casa y apagar la tecnología, prestando atención a lo que nos cuentan otras personas.
"Todos podemos decir que alguien nos ha hablado, hemos contestado, y no hemos prestado atención, y no sabemos decir qué nos habían contado o de qué nos hablaban. El repaso para consolidar esa información, volver a casa e intentar imaginar y recordar lo que hemos hecho durante el día, fortalece la función de recuperación los recuerdos, haciéndolos más activos. Cualquier actividad sencilla en la que tratemos de invertir el mínimo esfuerzo de recuperarla es positivo para mantener activos los recuerdos" sentenciaba.