¿Puede un robot llegar a tener depresión o adicciones?: la clave está en su proceso de aprendizaje

COPE analiza cómo se puede evitar que los robots aprendan conductas indeseables y conversa con GEPETO, un humanoide con IA capaz de reproducir nuestros comportamientos

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¿Puede un robot llegar a tener depresión o adicciones?: la clave está en su proceso de aprendizaje

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En el programa de 'Lo Que Viene' de COPE, José Ángel Cuadrado ha podido conocer en primicia con GEPETO, un robot desarrollado con inteligencia artificial sobre una plataforma humanoide. Tiene ojos, manos, se desplaza, es capaz de escucharte, de detectar dónde estás y se comunica a través de un altavoz y de una pantalla que tiene integrada.

“GEPETO, solo una pregunta rápida... ¿Qué opinas de robots, como tú, que son capaces de reproducir nuestros comportamientos?”, le preguntaba el comunicador. Escucha aquí su respuesta:

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El robot GEPETO colabora en el programa Lo que viene de COPE

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El creador de GEPETO es Pablo Medrano, CEO de 'Casual Robots', una de las empresas pioneras en Europa en trabajar con robótica al servicio, es decir, crear robots que están hechos para las personas, para estar en nuestra sociedad. Pablo explica los retos a los que se han enfrentado: “El mayor problema que teníamos con la robótica que no se ve, pero que sí está haciendo labores -como la que te coge el teléfono- es, sobre todo, que es muy limitada. Incluso en nuestros teléfonos -llámese Siri o Alexa- son bastante tontos. Fuera de lo que tiene programado, no tienen capacidad para entenderlo o razonarlo”.

Aquí ha jugado un papel fundamental la inteligencia artificial. Esta tecnología no es solo capaz de entender frases e instrucciones complejas, sino que también pueden realizar labores artísticas como pintar un cuadro o redactar un poema. Así creaba GEPETO un poema sobre los robots:

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El robot GEPETO dedica un poema al programa Lo que viene de COPE

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¿No es impresionante? Tienen capacidad creativa, como los humanos. La inteligencia artificial les permite crear de cero un texto propio. Esto es algo increíble, pero... ¿Hasta dónde puede llegar? Pablo da con la clave: “Va a ser todo mucho más natural, nos van a entender y comprender. Hay otra línea muy importante de IA que es la visión, que sean capaces de reconocer si una persona está contenta o triste. Imagina que llegas a casa y la televisión te pone aquellas fotos que te gustan porque ha detectado que estás deprimida. Hay unos usos que son maravillosos y otros que no lo son tantos”.

¿Podría un robot desarrollar una adicción?

Con la inteligencia artificial surgen muchas dudas. Si pueden reproducir nuestro comportamiento, diferenciar emociones...

Estas son las preguntas que se ha hecho

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“Hasta hace muy poco, nos movíamos en lo que era la inteligencia artificial básica, donde los algoritmos seguía unas reglas fijas, sin embargo, en la inteligencia artificial generativa han evolucionado un sinfín de elementos, pero fundamentalmente, es un nuevo modelo de aprendizaje automático”, apunta el experto. La IA básica se encuentra, por ejemplo, en un aparato de aire acondicionado que, tras ser programado, es capaz de detectar la temperatura exterior para encenderse y apagarse solo; mientras que la IA generativa es aquella que posee un aprendizaje autónomo que se va desarrollando a medida que tiene mayor información.

Cómo evitar que aprendan comportamientos indeseables

Javier Rainer explica que la clave se encuentra en que el robot, en el entorno determinado donde trabaje, no solo se alimente de una única fuente de información: “Un humanoide que tenga sensores que recoja información del entorno le ayuda a contrastar esa información con ChatGPT. Si la fuente de información es única y la respuesta no es del todo ajustada, puede dar lugar a que se vuelva ludópata. Esto pasa porque puede estar recibiendo una única información de que la única forma de ganar dinero es seguir apostando. Si recibiera a través de otras fuentes información contraria, se evitaría esto.

El futuro de la robótica se centrará en que nos ayuden con tareas tediosas, como puede ser la limpieza, pero también están siendo diseñados para, por ejemplo, asistir y acompañar a personas mayores: “Al final, si solo cuida a una persona mayor y esta persona no quiere saber nada del mundo, me pregunto si el robot podría acabar teniendo depresión”, señala el investigador y concluye sosteniendo que “lo ideal sería contar con diferentes interacciones del entorno que le permita construir su propio conocimiento”.

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