Danny Merchan, músico callejero, que hace arte con su tubófono como ha demostrado en Mediodía COPE

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Su música no la vas a escuchar en una discoteca. Para disfrutarla tienes que pasear por las calles de Bilbao. El instrumento que maneja no es un sintetizador sino un "artilugio" muy especial que llama la atención de todo aquel que lo ve y escucha.

Esta estructura que emite sonidos, ritmos, melodías, en definitiva armonía, está hecho con tuberías de PVC y suena perfectamente. Su creador se llama Danny Merchan, que anima los alrededores del Guggenheim y del Casco Viejo de Bilbao con este instrumento que no deja indiferente a nadie.

Danny Merchan es todo un artista, tiene 35 años, formación musical y mucha creatividad. De hecho para tocar el tubófono -como así lo llama-, emplea chanclas en lugar de baquetas. Son mucho los bilbaínos y turistas que se paran a bailar al ritmo de la percusión melódica que emite.

La idea se le ocurrió a finales de 2021 en Colombia, de donde es oriundo, pero no fue hasta el pasado mes de enero, ya en 2024, cuando se puso manos a la obra. Tardó 15 días en construirlo. Con su instrumento a cuestas se desplaza cada día a las calles más transitadas de Bilbao, pero no se queda en un sitio fijo, cada 45 minutos tiene que cambiar de ubicación por la normativa vigente municipal que regula a los músicos callejeros en la ciudad vasca.

Le gusta arrancar una sonrisa al público que le escucha y sueña con ser productor musical con el dinero que consigue tocando el tubófono, de momento, por las calles.

La música de Danny, en Mediodía COPE

Esta semana, Danny ha tocado su original instrumento para Mediodía COPE. Danny eligió ponerse debajo del puente de La Salve, para conseguir la mejor acústica con su instrumento de 12 tubos negros de PVC entrelazados entre sí, como el motor de un coche.

El tubófono, "lo construí con mis propias manos de forma rudimentaria cuando llegó a Bilbao, un amigo me ayudó con sus herramientas en el patio de su casa, un poco a la intemperie con el frío en invierno. Nos pusimos manos a la obra, fuimos encajando los tubos como un Lego", le explica a Pilar García Muñiz.

Ha utilizado tubos de PVC en lugar de otros materiales "porque son muy resistentes al frío, al calor y son muy libianos y dan un sonido muy chulo", confiesa.

Precisión, como si de un piano se tratara

La gente cuando ve tocar a Danny se preguntan qué es ese amasijo de tubos, "no es indiferente, la gente es curiosa y piensa que tal vez hay un altavoz detrás de esto, pero no, todo el sonido que se emite es por medio de la percusión de diferentes instrumentos, los tubos, un cajón, los platillos, y sí, se preguntan de dónde lo has sacado, cómo lo has hecho", le preguntan quienes le escuchan y ven tocar.

Y cómo consigue ese sonido tan preciso, "es una operación matemática, hay que conocer realmente como funciona la física, de cómo se propaga el sonido. Tiene que ver con la velocidad de la propagación del sonido, la frecuencia que es la vibración del sonido en determinado tiempo y eso determina la nota. Está la longitud, el diámetro que es el ciculito donde golpeo y todo como una operación matemática que determina cuál va a ser la longitud y esa longitud exacta te dice cuál es la nota y si lo compruebas con un afinador digital ves que sí da el sonido exacto", detalla.

Para los que no sean del bocho, que ya están acostumbrados a ver a Danny con su tubófono, hay que ir atentos si vas a Bilbao, y paseas por el centro para no perderte la música de este joven colombiano que además toca la batería en un grupo de rock.