García Page, una de las voces que discrepa con la dirección de Ferraz tras lo ocurrido en Galicia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El día después de que los gallegos acudieran a las urnas para elegir presidente para los próximos cuatro años, se pueden sacar varias conclusiones de los resultados obtenidos.

Primera, el respaldo al proyecto del Partido Popular con esa quinta mayoría absoluta en Galicia; segunda, el importante aumento del nacionalismo en la región, con los 25 escaños que ha conseguido el BNG, y en tercer lugar, el castigo indudable al PSOE de Sánchez, que se hunde hasta los 9 diputados.

Estas son las evidencias, pero la cuestión este lunes, el día después, es si estos resultados pueden dejar consecuencias en toda España, más allá de la política gallega.

Por ejemplo, esta semana, en teoría, iba a quedar aprobada definitivamente la ley de amnistía en el Congreso, porque el miércoles cumplía el plazo para un nuevo acuerdo entre PSOE y Puigdemont del que de momento no hay novedades. De hecho, hasta mañana martes no vamos a saber si ese plazo se prorroga, tal y como ha pedido el PSOE. Esa posible prórroga está, ahora mismo, en manos de la mesa del Congreso.

En cualquier caso, y tras el batacazo de ayer cabría preguntarse si en Ferraz, en las filas socialistas, se replantean su estrategia de pactos con los independentistas o todo lo contrario.

Ferraz intenta digerir los resultados

Lo que hace la cúpula socialista es digerir ese severo varapalo, trazando una suerte de cortafuegos sobre Galicia, orillando la autocrítica y evitando ser salpicados.

El jefe de Política de la Cadena COPE, Ricardo Rodríguez, explica que el objetivo último, así se percibe, es proteger a Pedro Sánchez de la debacle. En las alturas del PSOE, han maniobrado con la conclusión de que simplemente se ha votado en clave gallega. Nada cambia, apuntan, en España.

Desde el núcleo duro defienden, sin variaciones, la hoja de ruta del Gobierno de coalición, incluida esa apuesta por la amnistía. Usan de parapeto al BNG, que la hace también suya. En su afán por pasar página, la ejecutiva federal encabezada por Sánchez se ha apresurado a respaldar a José Manuel Gómez Besteiro para que construya un proyecto a largo plazo y evitarse así una guerra interna en el PSdG. Cuando uno cae hay que levantarse, resume un miembro de la dirección, sin apartar en ningún momento la mirada de la Federación gallega.

García Page vuelve a poner voz al descontento

Entre cargos de distintas federaciones, hay quienes consideran que lo sucedido es un aviso para Pedro Sánchez y para el PSOE. Así lo explicitan en privado, siempre en privado.

La preocupación por la debilidad territorial se extiende en la organización porque, de entrada, se pone todo muy cuesta arriba para los socialistas. Este aciago 18 de febrero es digerido con dificultad desde diferentes puntos de España. ¿Si vamos de muletas en el norte, qué hacemos en el resto de federaciones?, se preguntan aquí y allá en COPE.

Emiliano García Page, vuelve a alzarse como la voz de muchos de ellos, "el producto de estas últimas elecciones era regional, pero el guiso era nacional, solo ratificando, se puede impedir que un ciclo se convierta en un ciclón, que arrase mucho más de lo que tenemos pensado y previsto", afirma.

Hay voces que advierten de que el partido está deshecho territorialmente, a pesar de que Sánchez conserva La Moncloa.

Son horas intensas, primero por ver cómo asumen en Ferraz el batacazo en Galicia y segundo, por ver si todo esto frena o acelera los planes de Sánchez hacia la amnistía en esta semana que vuelve a ser clave.