Lorena Fernández: "Iglesias pide respeto para sus hijos pero ha alimentado escraches para los de otros"

Lorena Fernández

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Prácticamente toda España aplica ya esas medidas pactadas hace tan solo cinco días entre Sanidad y las 17 comunidades autónomas por las que se prohíbe el ocio nocturno, se limita fumar en la calle, se castiga el botellón o se blindan las residencias de mayores para frenar el COVID.

En ello está el Gobierno vasco que en esto de limitar nuestras salidas y nuestros movimientos, ha dado un paso más decretando el estado de "emergencia sanitaria", que no es otra cosa que el lehendakari asume plenos poderes en todo su territorio para intentar frenar la pandemia. Hoy hemos conocido algunos detalles más encaminadas todas a evitar las aglomeraciones y que, de momento, se reserva el derecho a aplicar. Quedan a medio camino entre esas limitaciones de ocio o de fumar que les detallaba y el confinamiento masivo.

, como muchos han denunciado en lo peor de la pandemia.

Y en pleno periodo vacacional para buena parte de los españoles, hoy me fijo en un matrimonio que las ha tenido que interrumpir. No. No hablo del presidencial, de Pedro Sánchez y de Begoña Gómez. Ellos siguen encerrados en Doñana. Hablo del segundo matrimonio del Ala Oeste de la Moncloa. El que conforman Pablo Iglesias e Irene Montero. El viernes se fueron a una casa situada en plena cuenca minera asturiana y prestada por el secretario general del Partido Comunista para disfrutar de unas vacaciones con sus tres hijos.

Es verdad que en Internet muchos usuarios han desvelado la localización de la casa donde se alojaban pero a sus puertas no se ha producido ninguna manifestación. Solo unas cuantas pintadas en la carretera. Y es verdad que una familia tiene derecho a descansar con total tranquilidad. Y más si en esa familia hay tres menores de edad.

Pero a renglón seguido, Pablo Iglesias e Irene Montero deberían acordarse, por poner solo un ejemplo, de cuando

Y fuera, con pancartas, estaban la que hoy es alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Desde los platós de televisión, Iglesias alentando ese jarabe democrático. Las vueltas que da la vida.

Por cierto, Iglesias acaba de hablar de su situación en Twitter para asegurar que no hay derecho a que sus hijos tengan que sufrir las consecuencias del compromiso y de las tareas políticas de sus padres. Tampoco hay derecho a que lo sufra, por ejemplo, el hijo de Soraya Sáenz de Santamaría.