Métodos tradicionales y tecnológicos para copiar en las aulas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ha sido uno de los temas de la semana a pesar de que no nos resulta novedoso del todo. Ya son varios casos de plagio en trabajos académicos que afectan a personajes del ámbito político. Uno de los últimos casos es el de la ya ex directora de Educación Concertada de la Comunidad de Madrid, Concepción Canoyra. Su tesis presentada en 2012 tenía párrafos extraídos, por ejemplo, de Wikipedia. Todo esto ha provocado su dimisión. Hoy, mediante el Diario ABC, hemos conocido que el director de Carreras Profesionales de la Universidad Camilo José Cela copió la misma tesis que Canoyra y la defendió cuatro años más tarde, en 2016.

Es completamente surrealista y nos lleva a pensar si es tan fácil, o no, copiar un trabajo de la magnitud de una tesis doctoral. Pero esta sensación que puedes llegar a tener de que todo el mundo copia, o al menos tiene la posibilidad de hacerlo, no solo se extiende a este tipo de trabajos más extensos, de larga elaboración.

En las últimas semanas se han detectado casos hasta en una autoescuela de Valencia donde pillaron a 13 personas que utilizaban unas microcámaras para obtener el teórico del carné de conducir.

Obviamente no se escapan de todo esto las propias aulas de estudiantes, cada vez se utilizan mecanismos mucho más exhaustivos. Habrás escuchado hablar de los famosos pinganillos a los que por supuesto también se unen los métodos tradicionales. Hemos estado en la calle para preguntarles a ellos que es lo que han llegado a hacer y que situaciones han presenciado. Conocen las medidas de los profesores, que lógicamente también tienen sus trucos para pillar a los que hacen trampas.

Y en otro lado están las universidades, que seguramente sean las que más casos de este tipo se encuentran durante los periodos de exámenes con casos de todo tipo. En Mediodía COPE hemos pulsado la experiencia que puede tener en estos casos un centro como la Universidad CEU San Pablo. Su vicerrectora de estudiantes, Maribel Abradelo ha explicado como han “pasado de hacer cosas rarírisimas, escribir en el bolígrafo por ejemplo, a unos sistemas mucho más sofisticados”.

A modo de ejemplificar, resaltaba los “problemas que han tenido con los móviles o los relojes digitales”. Al tratarse de elementos tan comunes los profesores tienen que “detectar quienes lo llevan” para tomar las medidas necesarias.