La sospechosa del caso Castro Urdiales podría estar actuando para parecer enferma mental
La forma macabra de actuar puede indicar que busca un pretexto para no cumplir la pena
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El crimen más macabro que hemos escuchado en mucho tiempo. Completamente sorprendidos nos tiene cada uno de los detalles que conocemos del sucedido en Castro Urdiales.
Carmen Merino, la principal sospechosa y que en estos momentos está en prisión provisional, ha asegurado que guardó la cabeza de José Mari Baranda, su pareja sentimental, porque era “el único recuerdo que tenía” de él.
Es la explicación que ha dado una vez que se ha conocido que hirvió la cabeza, la plastificó y la envolvió en papel de regalo. Recordemos también que se la dio a una vecina para que la escondiera con el pretexto de que eran “juguetes sexuales” que no quería que se viesen en una inspección.
Los interrogantes de este caso no paran de crecer: ¿Dónde está el resto del cuerpo? ¿Qué utilizó para desprender la cabeza? ¿Hubo otra persona que ayudó en el posible descuartizamiento? ¿Cómo pudo actuar así alguien que en el día a día se comportaba de una manera muy normal?
Necesitamos si duda la ayuda de un psicólogo forense que nos ayude a despejar las dudas que nos provocan el caso más complicado en cuanto a la forma de actuar que hemos visto en mucho tiempo.
Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga forense y miembro de la asociación Clara Campoamor, ha explicado en Mediodía COPE no cree que tenga problemas mentales. “No hay signos de locura antes ni después”, ha añadido para acompañar su aseveración.
Para la psicóloga forense, Carmen Merino podría haber actuado de forma tan macabra para parecer una persona enferma mental y así librarse de la pena.