Elsa, evacuada por el incendio en Tenerife, admite la angustia de los vecinos: "Sentimos mucho nuestra tierra"

Después de seis días el fuego sigue activo en la isla, lo que obliga a que 12.000 personas continuen fuera de sus casas, aunque por el momento ninguna vivienda ha sufrido daños

Redacción Mediodía Belén Collado

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La situación en Tenerife con los incendios sigue siendo complicada, y es que el fuego que se declaraba el pasado martes continúa activo. Hasta el momento son más de 13.300 hectáreas las que han sido devoradas por las llamas. Afortunadamente, por ahora no ha afectado directamente a ninguna vivienda, como ha confirmado en COPE Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, y los daños materiales han sido mínimos. Ha asegurado que se han repuesto, además, las infraestructuras de abastecimiento de agua, que en su momento obligaron a cortar el suministro en algunas localidades hace días.

Esta pasada noche los equipos de extinción tuvieron dificultades, sobre todo, en la zona del parque natural de Izaña, muy cercana al entorno del Teide. Una zona muy delicada porque es donde se encuentran los observatorios tanto de astrofísica como de meteorología.

La parte más favorable es que al menos Canarias no está dentro de los puntos de nuestro país que están sufriendo la ola de calor y las temperaturas no están dificultando las labores de extinción. La principal tarea a lo largo del día de hoy será contener el fuego en una zona crucial para terminar de estabilizarlo y pueda quedar controlado cuanto antes. Se trata de la cara sur del incendio, una zona muy escarpada y de muy difícil acceso, según cuenta la presidenta del Cabildo. Por ello, todos los medios aéreos desplegados estarán trabajando intensamente ahí.

Seis días lleva extendiéndose el fuego por la isla, una avance que ha ido obligando jornada a jornada a ir evacuando de sus casas a vecinos de diferentes localidades. Primero se hablaba de 150 evacuados, 7.000 se estimaba el pasado viernes, pero poco a poco esa cifra se ha incrementado hasta alcanzar las 12.000 personas que se han visto obligadas a desalojar sus viviendas por culpa del fuego.

La última hora de los evacuados tiene, por un lado, a los vecinos del Rosario y Arafo que ya estarían volviendo a sus casas y, por otro lado, a los de Santa Úrsula, que son los últimos que han tenido que desalojar sus viviendas debido al avance del incendio.

Incertidumbre y angustia entre los vecinos: "Lo veíamos cada vez más cerca"

Elsa García es una de esas personas que tuvieron irse el viernes de su casa en este último municipio. "Veíamos bajar a nuestros vecinos desde nuestras casas porque estuvimos pendientes toda la noche del fuego, y lo veíamos cada vez más cerca". En ese momento prepararon una mochila con lo esencial porque sabían que la evacuación iba a ser inminente.

Por suerte, Elsa y su familia han podido alojarse estos días en casas de familiares, pero muchos otros vecinos de Santa Úrsula están pasando estos momentos como pueden en el pabellón habilitado para los evacuados. Como otros residentes desalojados, Elsa ha podido volver a su casa ayer por la tarde acompañada de personal del Ayuntamiento para recoger algo más de ropa y medicamentos necesarios para sus padres.

Incertidumbre, nerviosismo, angustia y cansancio son las palabras con la que esta vecina define la situación que están viviendo. "Incertidumbre porque no sabemos cuándo vamos a volver a casa, nerviosismo y angustia porque no sabes que está pasando realmente, y cansancio porque ya llevamos muchos días, no estamos en nuestra casa ni en nuestra cama", reconoce Elsa.

Aunque afortunadamente no se ha quemado ninguna casa, se ha perdido una gran canitdad de hectáreas de monte, parte fundamental del patrimonio de Tenerife. "Sentimos mucho nuestra tierra y nos da mucha pena la situación que estamos viviendo", confiesa Elsa. Una situación que cree que en parte se podría haber evitado si las autoridades hubiesen activado el nivel 3 de alerta, que supondría más medios trabajando en la zona para sofocar las llamas.