La justicia italiana pide 20 años de cárcel a un bombero malagueño por participar en una misión humanitaria

Su nombre es Miguel Roldán, un joven de Cuevas Bajas (Málaga) que trabaja como bombero en Sevilla. En su intento de ayudar a los demás, el destino le ha jugado una mala pasada. Miguel, ha sido acusado de tráfico de personas por colaborar a mediados de 2017 con la organización alemana Jugend Rettet, dedicada a realizar misiones de salvamento marítimo. La última de ellas se produjo frente a las Costas de Libia, en el Mar Mediterráneo. 

En 'Mediodía COPE' hemos hablado con Miguel, nos cuenta que no podía creerse que doce meses después de participar en esa misión, le iba a llegar una notificación: "Fue un poco extraño, un año después de la misión recibí la notificación por parte de la Policía Nacional de que tenía un problema con la justicia italiana".

Una misión en la que cuenta se llegó a prestar ayuda a más de 5.000 personas, en muchas ocasiones esa ayuda llegaba tarde y no podían salvar la vida de los inmigrantes. Miguel ha contado lo que ellos hacían exactamente: "Trabajé con la Armada Española y con los guardacostas italianos, éramos un barco de rescate, rescatábamos y se lo dejábamos a buques más grandes. Éramos la gente que los sacábamos del agua, los que le salvaban la vida".

El malagueño ha reafirmado que ellos siempre tenían autorización para trabajar en esas aguas: "Estábamos frente a las costas de Libia, en aguas internacionales, siempre bajo la autorización de Roma, si Roma decía no allí no se podía hacer nada". "Nunca hicimos nada que fuera en contra de las órdenes de Roma", finalizaba.

El proceso cuenta Miguel puede alargarse durante todo el año, en el mejor de los casos la causa se archivaría, y en el peor la pena podría ascender a dos décadas de prisión: "Ahora mismo estamos en fase de investigación, hay secreto de sumario. Hasta final o mediados de verano no sabremos nada. Se estima que el juicio empiece a final de año, aunque son todo estimaciones". Miguel ha denunciado en 'Mediodía COPE' el uso político de su trabajo: "Parece una cosa orquestada desde Italia para terminar con las ONG en el Mediterráneo".

Junto a sus compañeros Miguel se lanzó al mar a bordo de un pesquero para intentar localizar embarcaciones que se encontraban a la deriva. Tanto él como sus compañeros ahora se encuentran en una situación complicada sobretodo por los gastos judiciales: "Somos diez compañeros, lo que le caiga a uno le cae a todos. Hemos tenido que crear una plataforma para recaudar fondos y es la que está sufragando todos los gastos que se van generando. Solo a nivel judicial son 150.000 euros".