Lamia, 19 años, discriminada cuando alquilaba un piso por apellidarse Ahmed y vivir en El Príncipe

La jóven ceutí tenía todo cerrado para entrar a vivir en una casa pero la dueña no le gustó su bario de origen

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Nos vamos hasta Ceuta porque desde allí nos llega la historia de Lamia. Tiene 19 años y estudia Crimininología. Estudiar la carrera es una etapa inolvidable que a veces nos lleva a vivir a otra ciudad, con lo que eso supone, de aventura y también de ciertas dificultades.

Hay que buscar piso y es lo que tuvo que hacer Lamia, desde hace dos años vive en Málaga y para este nuevo curso tuvo que buscar un nuevo piso.

Empiezas a buscar, miras casas y en una de ellas hubo química, conocía a una de las chicas. Empezaron a hacer los papeles para formalizar el alquiler y ahí fue cuando vino el problema. La dueña de la casa vio los apellidos de Lamia... Ahmed Ahmed y cuando comprobó que venía del barrio del Príncipe en Ceuta fue rechaza como inquilina. Lo que le hizo sentir muy mal “yo me quedé destrozada porque ya estaba preparando las cosas. Hablaba con una de las compañeras porque es amiga de la universidad y cuando nos enteramos nos quedamos sorprendidas. Me quedé destrozada”

Y no hubo forma de poder hablar con la dueña del piso. Que es lo que pide Lamia. Ella quería poder hacerle ver que ella no es así. Que es responsable y que está estudiando para, precisamente, alejarse de la delincuencia: “solo quería hablar con ella para poder explicarse. Sólo quería hablar con ella y hacerle cambiar de opinión”.

¿Y donde está el problema de fondo? Lamia lo tiene claro: “yo creo que por un miedo irracional, si una persona de otro lugar hace algo malo hay que tachar a toda la comunidad y eso es un miedo irracional”.

Con un sentimiento de impotencia muy grande, Lamia, escribió una serie de tweets donde denunciaba la situación. El resultado ha sido 15 mil retuits y más de 23 mil me gustas es lo que ha conseguido a día de hoy, un apoyo muy grande que ella define como “increíble”. Y que le ha permitido encontrar una casa.

Lo peor nos ha contado Lamia es el sentimiento de exclusión. De tener un gran escalón que subir aunque ahora, ya, ese sentimiento no existe: “después de vivir situaciones así sientes que te va a costar todo y cuando sientes el apoyo vuelves a tener esperanzas en el mundo”

Así ya tiene Lamia un lugar en Málaga donde seguir estudiando. Tercer año, unas notas muy buenas y ahora el apoyo de miles de personas.