Rafael Olaizola, de concejal en el ayuntamiento de Zarautz al seminario

Y Rafael Olaizola tiene muy claro que a partir de ahora, "tengo mucho trabajo, porque hay mucha gente en la diócesis y con muchas necesidades", dice el ordenando que espera la hora "tranquilo, pero rezando mucho".

Pese a su paso por la política, Rafael asegura que "no tengo enemigos, quizá alguno no me quiera mucho, pero yo quiero a todos". Este guipuzcoano que hasta hace meses trabajaba en Bombas Itúr, que a los 13 años ya era recadero, llegó a la política por casualidad y no tiene malos recuerdos de su paso por el Ayuntamiento de Zarautz como concejal del PP, “tengo la satisfacción, pese a los errores de haber tenido un gran compromiso con la gente y trabajar con el pueblo” , pese a haber estado amenazado por ETA, “más que miedo tenía precaución, tuve que cambiar la rutina de ir a la misma hora a misa, eran tiempos difíciles, pero no había que esconderse" ahora insiste en que "hay que trabajar por la reconcialiación".

Hoy será ordenado sacerdote, no es la primera vez que ha sentido la vocación, la primera llamada de Dios no pudo ser, "era joven e hijo único y mi madre murió".