Una familia convive durante dos años con 80.000 abejas en su propia casa

Un ruido intenso les hizo darse cuenta de los peculiares vecinos que tenian viviendo muy cerca

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El día tiene un nombre propio. Es el de un apicultor de Granada que últimamente está teniendo mucho trabajo. Se llama Sergio Guerrero. Además de la tarea habitual con sus colmenas, está haciendo operaciones de rescate que están traspasando fronteras.

La última ha tenido eco internacional. Ha ocurrido en la localidad de Pinos Puente, en Granada. Allí una pareja llevaba ya muchos meses sin poder pegar ojo. Un extraño ruido alteraba el sueño. No lo tenían demasiado identificado, pero era tan intenso que les impedía dormir. No era el típico ruido de un bar o un local de ocio que altera a tantos vecinos en nuestro país. Era un sonido procedente de algún animal, pero no eran ni ladridos de perros ni el canto de los gallos. Parecían insectos, pero tenían que ser muchos. Finalmente, se desveló el misterio. Durante más de un año habían estado conviviendo con más de 80.000 abejas que habían fabricado una particular colmena tras una de las paredes del dormitorio.

Y el encargado de retirar las 80.000 abejas, en una operación que requiere máxima destreza, ha sido el apicultor granadino quien ha explicado en Mediodia COPE que debemos hacer si nos encontramos en una situación como esta: “Primero siempre deben llamar al Ayuntamiento, Policía Local, Guardia Civil, cualquiera. Normalmente todos ellos ya están informados y saben lo vital de la importancia de no matar a las abejas porque de cada cinco bocados que damos cuatro se lo debemos a las abejas. La Guardia Civil ya tiene nuestro teléfono para que se pongan en contacto con nosotros”

Y es que no es un trabajo dificil: "tienes que sacar la reina, tienes que sacar la cría, tienes que llevar todo lo que había dentro de la pared, dentro de una colmena bien estructurado y bien ordenado para que intentemos crear un lugar amigable para ellas”. Claro de ahí todo el tiempo que tardaron en aliviar la vida de estas personas: “Tardamos en quitar las 80.000 abejas porque las aspiramos. Las hacemos llegar a una recámara que no mueren, que no les pasa nada y que son transportadas directamente al colmenar. De esta forma podemos desmontar todo lo que había dentro de la pared y montar exactamente igual que como estaban en otra ubicación”