Vecinos de un pueblo de Málaga acorralan a un ladrón y evitan un robo

La siguiente noticia tiene aires de Fuenteovejuna. También es una historia de excesos, aunque no haya comendador. Nos vamos a ir hasta el pueblo de Ardales, en la provincia de Málaga. Y todo empieza en una tienda de alimentación, que está regentado por dos chicas jóvenes y que en Ardales todo el mundo conoce como la "tienda de las niñas".

Estas dos jóvenes alquilaron el local en este pueblo de Málaga para ganarse la vida. De forma humilde, sí, y de forma honrada, también. Y los que tienen negocios similares saben de sobra lo que cuesta. Esta semana un hombre entró en la tienda y sacó una gran navaja. Quería el dinero de la recaudación de la tienda. En ese momento dentro sólo había una de las propietarias. Y su reacción podría haber sido cualquiera. No hubiera sido extraño que le hubiera dado el dinero. Pero le plantó cara, a pesar de la navaja. Y lo primero que le dijo al ladrón fue: “¿Tú vas a venir aquí a llevarte el dinero, que estoy desde las siete de la mañana trabajando?”

En ese momento empezó un forcejeo... ya decimos que el ladrón llevaba una navaja y la dueña de la tienda trató de zafarse del delincuente. Un compinche le esperaba en la puerta. La propietaria empezó a gritar pidiendo auxilio, el ladrón la tiró al suelo, la golpeó pero como sus gritos se escuchaban desde la calle, varios vecinos fueron a ayudar a la chica. Los ladrones salieron corriendo hacia el lugar donde tenían el coche, los vecinos detrás, poco a poco se iban sumando más vecinos hasta que consiguieron acorralarles.

En su huida, los ladrones enseñaban la navaja. Pero los vecinos no se acobardaron, y consiguieron retener a los ladrones hasta que llegó la Guardia Civil. Aquí, en Ardales, en Málaga, como en Fuenteovejuna, los vecinos, todos a una, solucionaron una injusticia.