10 minutos: el tiempo estimado para decidir si se empieza una guerra nuclear
'Mediodía COPE' te cuenta cómo es el maletín nuclear que siempre acompaña al presidente de Estados Unidos y cuál es el protocolo de actuación
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Donald Trump ya es, de nuevo, presidente de los Estados Unidos. Y con las llaves del despacho oval de la Casa Blanca también le han entregado los códigos de lanzamiento de los misiles nucleares de Estados Unidos.
¿Qué hay de verdad y qué de mito en toda este tema? Lo primero es contarte que efectivamente hay un maletín nuclear y su origen está en 1962, en plena Guerra Fría, y en concreto en la Crisis de los misiles de Cuba.
Es importante recordar a Kennedy porque, según los informes desclasificados, es él quien se hace la pregunta clave: “Si tengo que lanzar los misiles, la persona que reciba la orden, ¿cómo puede verificar que soy yo quien la da?"
La respuesta fue crear un sistema de verificación seguro a través de códigos. Recibió el nombre de 'Operación Drop Kick', que vamos a traducir como operación “a Bote Pronto”. Hoy en día, el maletín que activa los misiles sigue teniendo el nombre en clave de 'Balón Nuclear'.
Sobre este maletín hemos visto de todo. Un botón rojo, dos llaves que giran a la vez, una cuenta atrás...
Pero, ¿cómo es físicamente ese maletín? Lo primero que hay que explicar es que ha ido cambiando desde los años 60. En general, podemos decir que es un maletín negro, sencillo, que siempre ha sido fabricado por la misma empresa.
Tiene un tamaño considerable, como el de un bolso de viaje con tres cierres y pesa unos 20 kilos, ya que tiene un material protector que pesa bastante y lo protege de condiciones extremas.
Hay que decir que no hay uno, sino dos maletines. El segundo es para el vicepresidente. Y si te preguntas, ¿qué hay dentro? La respuesta es que es 'Top Secret' pero se conocen algunos detalles generales como nos cuenta Guillermo Pulido de la revista Ejércitos".
Pulido cuenta en 'Mediodía COPE' que dentro del maletín, aparte de las consolas y todos los mecanismos para ejecutar estas órdenes, "también hay varios documentos y libros, como el 'libro negro' que contiene los planes de guerra preestablecidos, con sus listas de objetivos y las diferentes opciones de ataque".
Ese maletín lo transporta un miembro de las Fuerzas Armadas que acompaña siempre al presidente estadounidense y en teoría debe permanecer en un radio de menos de tres metros cuando viaja fuera de la Casa Blanca.
En el caso de una ataque inminente, este militar debe apartar al presidente, abrir el maletín e identificarle. Ahí empieza el proceso.
El control de las armas nucleares está recogido en la Constitución de los Estados Unidos como una atribución exclusiva del presidente, como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Este protocolo tiene una doble función: la identificación real del presidente y que pueda mantenerse en contacto seguro con el Estado Mayor.
Esa comunicación segura es fundamental porque antes de lanzar los misiles tiene que producirse una reunión al más alto nivel donde se comparte la información y se dan las opciones y se evalúan riesgos y consecuencias. En teoría se busca evitar que se tome una mala decisión o se cometan errores.
El maletín juega un papel fundamental porque es el instrumento que se usa si el presidente no está en un centro de control, como puede ser la Casa Blanca.
Los analistas estiman que toda esta información y las opciones se tendrían que procesar en apenas 10 minutos. Ese sería el tiempo estimado para decidir si se empieza una guerra nuclear.
Hay una frase de un director de la CIA que lo deja muy claro, "el protocolo está pensado para la velocidad y la decisión. No para debatir. Es algo en lo que insiste Guillermo Pulido porque "un misil puede llegar de un lugar a otro del planeta en poco más de media hora".
El peor de los escenarios es que se decidiera activar el maletín y los misiles. En ese caso, el secretario de defensa verifica la orden, pero no la puede anular.
Este sería el momento de usar los códigos. Hasta bien entrados los años 2000 estaban guardados en una tarjeta opaca a la que llaman, “Biscuit” (Galleta) y que el presidente llevaba siempre encima. Para lanzar los misiles había que partirla y dentro estaban los “códigos dorados”, así se les llama.
Hay que decir que hay varias secuencias y solo el presidente sabe cuáles son las auténticas. Por seguridad tampoco son códigos completos. Una parte los tiene el presidente, pero la otra cambia constantemente y se necesitan ambas partes para activar los misiles.
Los presidentes que perdieron la tarjeta con los códigos para activar los misiles nucleares
Y sobre la tarjeta hay todo tipo de historias. Por ejemplo, que Carter la perdió cuando envió su traje a la tintorería. Lo que sí fue verdad es lo que ocurrió durante el atentado contra Reagan en 1981, cuando un hombre le disparó en plena calle.
En este momento de los disparos, el militar que llevaba el maletín fue separado del presidente. Durante la operación en el hospital, en medio del caos, la tarjeta desapareció. Imagina el momento, cuando se pusieron a buscarla y no aparecía. Estaba en una bolsa de plástico con las cosas personales de Reagan.
Ahora bien, Bill Clinton se lleva la palma. Perdió la tarjeta durante varios meses y a pesar de que la buscaron por toda la Casa Blanca, no fue localizada.
Lo normal es que la tecnología haya variado y la verificación de los códigos de los misiles sea ahora más sofisticada, pero el maletín nuclear sigue siendo parte del equipaje del presidente de Estados Unidos.
Y lo que más inquieta, que una persona tenga apenas 10 minutos para decidir si lanza o no un ataque nuclear y no solo en Estados Unidos. Este tipo de armas las tiene otros países como Rusia, Israel, Francia, Reino Unido o China, por ejemplo. Todos tienen sus propios protocolos para lanzar los misiles y lo que hay que esperar es que nunca tengan las ganas de lanzarlos