El arzobispo de Pamplona invita a los creyentes a expresar su fe "sin complejos" frente a quienes "quieren recluirnos en la sacristía”

Florencio Roselló ha explicado en 'Mediodía COPE' el contenido de 'El contraste paciente', la carta pastoral escrita junto a los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria para invitar a los fieles a vivir la Cuaresma como un tiempo para repensar formas de transmitir el Evangelio

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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'El contraste paciente' es la carta pastoral que han lanzado los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria, en la que invitan a vivir este periodo de Cuaresma con esperanza, que se enmarca en este 2025 en el Año Jubilar. 

Y es que el avance de la secularización en las sociedades europeas, constituye un desafío para los cristianos. De ahí que la carta sea una invitación a repensar una forma de vivir y transmitir los valores del Evangelio.

El arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, ha asegurado en una entrevista en 'Mediodía COPE' que la 'El contraste paciente' llama al cristiano a “no perder la esperanza en este mundo secularizado”, ya que este fenómeno puede llevar a un desánimo de los fieles, aferrados a la esperanza de que este alejamiento a Dios sea cíclico y todo vuelva a su ser: “Esos tiempos seguramente no volverán pero la esperanza nos invita a seguir siendo creyentes en este mundo que nos toca vivir”, ha insistido.

El titular de la archidiócesis navarra ha puesto el foco en la necesidad de que los cristianos “den un paso que a veces nos cuesta” como instrumento para forjar la identidad cristiana pese a ser algo contracultural en la sociedad de hoy.

Florencio Roselló invita a los creyentes a no tener complejos por su fe: "nos hace recluirnos"

De ahí que Roselló reclama una Iglesia “que no se mundanice” y se aleje de los complejos a manifestar nuestra fe: “Tenemos tantos complejos que queremos diluirnos en el mundo y pasar desaparecidos, y todavía quedan cristianos con complejos que les cuesta manifestar su fe en publico”.

En este sentido, Florencio Roselló considera que los cristianos “hemos perdido la calle” por esa reticencia a “manifestarnos como creyentes”, si bien apunta que no es necesario “que tengamos

que estar con pancartas” sino que bastaría con que “yo no tenga complejo de manifestarme como creyente porque eso nos hace recluirnos y hay parte de la sociedad que quiere recluirnos a la sacristía”, ha advertido en 'Mediodía COPE'.

"la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción"

Y es que la sociedad ha pasado en apenas medio siglo de una cultura católica institucionalizada a otra secularizada, pero en la carta pastoral insta al Pueblo de Dios a no paralizarse y repensar, con creatividad, la forma de dar testimonio, poniendo como ejemplo la religiosidad popular como las cofradías o las fiestas

“Lo que hace mucho énfasis la carta es en el testimonio. Benedicto XVI decía que la Iglesia no crece por proselitismo, sino que crece por atracción, por cómo vivimos. Nuestra fe no es tan social, antes era una fe socializada, con fiestas, había que ir a misa y ahora es una fe mucho más auténtica, más personal y comprometida”, ha opinado Florencio Roselló.

Además, ha apuntado que la fe de hoy es mucho más participativa, con mayor implicación de los laicos, concretamente de la mujer.

El consejo de Florencio Roselló para vivir la cuaresma: "Es un tiempo de esperanza"

Cuestionado por cómo vivir la Cuaresma como un tiempo de renovación y conversión, el arzobispo de Pamplona y Tudela afirma que es un periodo “de espejo y contraste”. “Me miro al espejo y pregunto cómo es mi vida, y buscar el contraste de lo que es negativo y me alejo de Dios. Debo mirarme a este espejo para mirar lo que me aleja de Dios y llegar a la Pascua con el gozo de la nueva vida. La Cuaresma no tiene que ser un tiempo triste, sino de esperanza. La Cuaresma no es el final, el final es la Pascua, la Resurrección y hacer este camino con esperanza e ilusión”, ha señalado.

Roselló también ha hecho hincapié en la actitud de la Iglesia siempre en defensa de la vida ante cualquier circunstancia, tras ser preguntado por la sentencia judicial que avala la eutanasia de la joven de 24 años con paraplejia que intentó impedir su padre.

Roselló afirma que se trata de un caso que constituye “un drama muy fuerte en la propia familia” que otorga al mayor de edad esa capacidad de decisión, y recalca que la Iglesia siempre “está por la defensa del no nacido, por la defensa de la vida, del anciano, de los vulnerables y también de la no pena de muerte”.