Trump vuelve a la carga con el agua para su pelo: cambiará la legislación de los cabezales de ducha

Trump va a por todas. Además de su lucha contra la inmigración ilegal, los transexuales y los coches eléctricos, otro melón que ha abierto es el de acabar con las políticas verdes de su antecesor, Joe Biden. Pero no intentando reducir aún más la huella de carbono, por ejemplo, las inquietudes de Trump son más de andar por casa.

El presidente de Estados Unidos está preocupado por la presión del agua de los grifos, sobre todo, de la ducha, cuestión que está regulada en Estados Unidos desde hace muchos años.

Hay que remontarse hasta 1992, cuando se determinó que los cabezales de ducha no podrían permitir más de 9,5 litros de agua por minuto como medida de ahorro energético y económico. Hasta ese momento, podían tener un flujo total de 18,9 litros por minuto, más del doble. Con esta  regulación, una ducha de ocho minutos utilizaría teóricamente 76 litros de agua en lugar de 151 litros.

Pero a medida que los cabezales de ducha fueron evolucionando, comenzaron a presentar múltiples boquillas y algunos fabricantes eludieron esta limitación. Esto hizo que Barack Obama tomara cartas en el asunto y en 2013 endureció la regulación y especificó que la salida combinada de todas las boquillas en un cabezal de ducha no podía superar esos 9,5 litros de agua por minuto. Sus cálculos hablaban de un ahorro a los consumidores de 111.000 millones en facturas de electricidad y agua.

Por el bien del cabello de Donald trump

Pero llegó Trump al poder y reconoció que si su apreciado pelo no lucía tan perfecto como a él le gustaba era, precisamente, por culpa de esta restricción.

"Quieres lavarte las manos, el agua no sale. Entonces, ¿qué haces? ¿Te quedas ahí más tiempo o te duchas más? Porque mi cabello -no sé el tuyo- tiene que ser perfecto. Perfecto", decía el mandatario hace cuatro años.

¿Qué hizo entonces? Modificar la ley de manera que si durante el gobierno de Obama, cada ducha en una instalación tenía ese límite colectivamente, Trump permitió que cada cabezal de ducha alcanzara los 9,5 litros por minuto individualmente.

Las asociaciones de consumidores del país se echaron las manos a la cabeza y rechazaron la medida, al considerar que la regulación anterior ahorraba dinero a las familias y limitaba el uso de agua y energía. Pero, a pesar de sus advertencias, la medida se mantuvo hasta que llegó Joe Biden a la Casa Blanca y volvió a imponer las restricciones que en su día puso Barack Obama.

¿Qué va a pasar con la vuelta de Trump a la casa Blanca?

 Ahora Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca y todo parece indicar que las alcachofas de las duchas volverán a tener la cantidad de agua que le gusta al nuevo presidente para lucir cabellera. Pero, ¿qué piensan los expertos? ¿En España también tenemos alguna limitación de este tipo?

En nuestro país, la competencia sobre el suministro de agua potable es exclusiva de los ayuntamientos, por lo que la decisión de qué presión, tanto mínima como máxima, se puede utilizar es una decisión que se toma a nivel municipal. Y, generalmente, son decisiones que adoptan técnicos profesionales no políticos. Por eso, en cada región, según sus características, se recomiendan unos límites u otros. 

Víctor Monsalvo, de la empresa Aqualia y doctor en Ingeniería Química por la Universidad Autónoma de Madrid, explica a Mediodía COPE que "hay que tener en cuenta los condicionantes del municipio, los patrones de consumo, conocer las instalaciones y así poder tomar la decisión para la mejor presión en la distribución del agua. No es conveniente presiones demasiado altas o demasiados bajas porque pueden generar una pérdida de confort durante la ducha".

Vamos, que no es una decisión que se pueda tomar de forma genérica, sino teniendo en cuenta todos estos factores. Además, que, aquí en España no hay ninguna ley que lo determine, solo recomendaciones. Y este experto tiene claro que la mejor opción es siempre optar por un término medio.

Sobre si es verdad o no que cuanto menos presión tiene la ducha, más agua consumes, como dice Trump, pues también es algo relativo porque hoy en día existen en el mercado gran cantidad de soluciones técnicas que nos permiten tener menos presión pero sin tener que sufrir.

A ver qué pasa con las duchas de Estados Unidos ahora que ha vuelto Trump a la Casa Blanca. Habrá que estar atentos a cómo luce su pelo en los próximos días.