Sólo Dios da solidez y belleza a todo
José Luis Restán reflexiona sobre el significado de santiguarse
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Un amigo sacerdote dice con frecuencia que ya los únicos que se santiguan en público son los futbolistas y los toreros. Para gran parte de la sociedad este gesto primigenio de la tradición cristiana se ha vuelto extraño e incomprendido, hasta llegar a pensar que se trata de una forma de superstición, de un modo de invocar a la buena suerte. Empecemos por ahí antes de tanto aspaviento. ¿Cuántas veces hemos oído a los catequistas contar que los niños llegan sin saber hacer la señal de la cruz? Pero no sacamos conclusiones. El hecho es que un hombre del deporte, uno que está en la cresta de la ola, ha dejado pasmado a medio mundo porque se santigua antes de empezar su trabajo. Me refiero al seleccionador nacional de fútbol, Luis de la Fuente.