El cristianismo afirma la dignidad de la carne

José Luis Restán

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Ayer estuvo en Madrid, invitado por la plataforma NEOS, el filósofo francés Fabrice Hadjadj, una de las voces más interesantes del catolicismo europeo. Durante un encuentro con intelectuales y periodistas Hadjadaj explicó que Europa ha renunciado a la cultura para entrar en una lógica puramente tecnocrática, y de esa forma también ha renunciado a su vitalidad, entrando en una fase que podemos llamar de suicidio demográfico. Advirtió que hemos dejado atrás la época del racionalismo que creía en el progreso y estamos llegando a un callejón sin salida: “nuestro problema es con la razón y con la carne”, sentenció, y “para creer en la carne y en la razón hay que creer en un Dios que se ha hecho carne”. Recordemos que Hadjadaj pertenece a una familia de judíos tunecinos y se formó en la escuela laica francesa, marcada por profundos prejuicios respecto del cristianismo. Quizás por ese recorrido, su visión suele descolocar a los amigos de esquemas fáciles. Como dijo ayer, “el acontecimiento cristiano es la afirmación de la dignidad de la carne, y hoy estamos en tiempos de resentimiento profundo contra la carne, en una época de desencarnación”.

Frente al manido discurso de la secularización, afirma que la cuestión religiosa ha vuelto a la escena. Señala, incluso, el peligro es que caigamos en lo contrario, en una lógica teocrática, algo evidente en el mundo islámico, pero también en la pretensión de algunos cristianos de convertir el ámbito político en un espacio sacro. Por el contrario, defiende la laicidad como una invención cristiana. El problema es que el laicismo destruye la verdadera laicidad, al convertirse en una especie de “religión de Estado”, y al negar la dimensión religiosa del hombre. Refiriéndose a la misión, Hadjadaj reconoce que no le gusta hablar de “batalla cultural”. Se trata, más bien, de “reconstruir una cultura desde la comunión”. Y hablando de sí mismo, afirma: “Cristo vino a buscarme, Él fue quien me buscó; continúo siendo un miserable, un egoísta, pero “en Cristo”; y estoy obligado a testimoniarlo”.