El escenario definitivo

Recuerda José Luis Restán a Concha Velasco

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El reciente fallecimiento de la gran Concha Velasco me ha hecho recordar muchas de sus interpretaciones, sobre todo la de Santa Teresa de Jesús en aquella magna serie de TVE emitida en 1984, en la que Concha raya lo sublime. Aunque solo fuese por aquel trabajo, yo le estaré siempre agradecido. Sabemos que su vida fue apasionada en la alegría y en el dolor, en la búsqueda atropellada de la felicidad, con su secuela de heridas y satisfacciones. Éxitos y fracasos se entrelazan en la vida de esta mujer que siempre buscaba más, y más allá.

Como bien dijo el arzobispo Luis Argüello, en el funeral celebrado en la catedral de Valladolid, su ciudad natal, Concha fue “un regalo para nuestra sociedad… por todo lo que ha ofrecido al bien común, como ha sabido reconocer el pueblo”. Y en esto no hay distinción de sensibilidades políticas, porque creo que todos participamos de esa gratitud hacia quien nos ha acompañado tantos años, y nos ha hecho entender y sentir más profundamente los misterios de la vida humana, de sus luchas, de su búsqueda, y, en fin, de su radical positividad. Sabemos que Concha Velasco recibió antes de morir los sacramentos, para mí eso es más que una anécdota, es todo un signo de que, en su búsqueda, a veces atormentada, no dejó de brillar la luz divina.

Como dijo también monseñor Argüello, ahora ha entrado en un “escenario nuevo”, ella que conoció tantos a lo largo de su vida. En este ya no son necesarias las máscaras del teatro, ahora resplandece ya “la verdad, la bondad, la belleza y la comunión de nuestra existencia”, ante Aquel que todos buscan, incluso sin saberlo. Y yo imagino su gran sonrisa, llena de paz y de plena conformidad. Gracias por todo, Concha, hasta pronto.

Temas relacionados