El mérito de reabrir el debate

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Observo una gran desorientación en torno a la sentencia del Tribunal Supremo de los EEUU que revoca otra famosa sentencia, Roe vs Wade, y afirma que no existe un derecho al aborto amparado por la Constitución americana. Es ridícula e impostada la indignación de algunos, que llega al paroxismo al afirmar algo tan sin sentido como que “sin aborto no hay democracia”. En primer lugar, esta sentencia no prohíbe el aborto. Aclara que la Constitución americana no ampara tal derecho, y devuelve la responsabilidad de decidir a los representantes elegidos por el pueblo en los diversos estados americanos. Algunos aprobarán duras restricciones al aborto, otros mantendrán sus legislaciones permisivas, y otros buscarán alcanzar compromisos entre las distintas opiniones de sus ciudadanos.

Por eso, resulta también ingenuo pensar que esta es una gran victoria provida: los argumentos del tribunal han sido jurídicos, no morales. Es cierto que esta sentencia mejora la calidad de la democracia, porque elimina la aberración de consagrar el aborto como derecho humano. Pero la sentencia no pretende resolver el dilema moral que plantea el aborto en nuestras sociedades, algo que debe ser objeto de un debate público mucho más sereno y profundo, que tenga en cuenta los nuevos datos que aporta la ciencia, por ejemplo, la evidencia de que el embrión es ya un cuerpo distinto al de la madre. Reabrir este necesario debate es un mérito de la sentencia.

Mientras, en España seguimos pendientes, tras doce años de espera, de una resolución del Tribunal Constitucional sobre la llamada “Ley Aído” que pretendió establecer el derecho al aborto. Algún día llegará, si tienen a bien sus señorías. Entretanto, la tarea de construir la cultura de la vida nos espera cada mañana a todos, sea cual sea nuestra condición y esfera de influencia.