No nos olvidemos de Ucrania
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa ha comentado con tristeza el olvido creciente en los medios de la invasión de Ucrania, y se ha referido a que las noticias relacionadas con esta tragedia ya sólo se ven a partir de la página ocho del periódico. Por eso vuelvo hoy a recoger las palabras que dirigió ayer a su pueblo el arzobispo greco-católico de Kiev, Sviatoslav Sevchuck, desde el santuario mariano de Zarvanytsia. El arzobispo advierte que “algunos dicen que hay un conflicto en Ucrania”, pero no se trata de ningún conflicto: “en Ucrania se está cometiendo un crimen contra la humanidad; hay un criminal y hay una víctima”. Y denuncia, entre otras cosas, que en estos momentos “los objetivos del ejército ruso son principalmente los campos sembrados y los centros de trabajo agrícola”. También denuncia que en las regiones de Lugansk y Donbás, se quiere forzar a los ucranianos a abandonar su patria en masa.
Desde este santuario, el jefe de la Iglesia greco-católica ha pedido especialmente a la Virgen el don de una paz justa y verdadera para la tierra ucraniana. Ante los ojos maternales y misericordiosos de la Santísima Virgen, ha llevado el dolor y el sufrimiento de todos los que son víctimas de esta guerra llanto: los millones de refugiados, los millones de madres, de niños que hoy no saben cómo construir su futuro, los heridos, los desaparecidos, los que han sido deportados.
Esta plegaria nacida del corazón y de una tenaz y probada historia de fe, debe ser también nuestra, de toda la Iglesia. Que el pueblo de Ucrania alcance pronto una paz justa y verdadera. Que el dolor no se transforme en odio, sino en coraje y esperanza para construir un futuro en el que la última palabra no la tienen los poderosos, sino el Dios que en Jesucristo se ha revelado como misericordia.