José Luis Restán

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Hace unos días conocimos que el régimen nicaragüense ha decidido excarcelar y expulsar de su país a doce sacerdotes católicos que estaban en prisión, acusados de diversos delitos contra la seguridad nacional. Por el momento, la Santa Sede los acogerá en diversas instalaciones de la diócesis de Roma. El padre José María Tojeira, portavoz de la Compañía de Jesús para Nicaragua, considera que la clave de la brutal arremetida del régimen en los últimos tiempos es la capacidad de la Iglesia de crear conciencia en el pueblo, algo que no aguanta. Opina que el destierro de estos doce sacerdotes es un síntoma de debilidad de la dictadura de Ortega y Murillo, porque tener sacerdotes encarcelados se convierte en un grito permanente de denuncia contra el régimen. Llama la atención que entre los expulsados no figura el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, que continúa en prisión. Según el padre Tojeira, buen conocedor de la realidad del país, el obispo Álvarez está ofreciendo un testimonio extraordinario desde la fe, ya que está arriesgando su vida y su salud en la cárcel, por criticar la violación sistemática de los derechos humanos.

El P. Tojeira entiende la opción de la jerarquía católica nicaragüense de mantener un perfil bajo para preservar la presencia de la institución en el interior del país, aunque en muchos casos ya se trabaja en la clandestinidad. La mera presencia ya es fuerza, y sirve para dar esperanza y cohesionar a la población. Sin embargo, reclama que desde el exterior se denuncie la persecución, y subraya la necesidad de hablar bien alto de la brutal condena contra Monseñor Rolando Álvarez, porque la denuncia internacional es una garantía para su seguridad. Llega incluso a pedir que sea nombrado cardenal, como una señal potente para la Iglesia y para el mundo. En la entrevista que ha emitido el canal Confidencial, dirigido por el periodista nicaragüense exiliado Carlos Chamorro, el P. Tojeira se refiere a la evolución del país y dice que “hay algo que está ahí tejiéndose, que está germinando, que no lo vemos, pero que existe”.